
Y mientras el resto de equipos se dejan los dedos tecleando humeantes calculadoras, echando cuentas, sumando y restando, para conseguir sus objetivos de meterse en Champions, de acceder a la Europa League o de permanecer en la categoría reina, los dos transatlánticos europeos, Barça y Madrid, parece que no necesitan dispositivo alguno para realizar sus cálculos aritméticos, sólo piensan en ganar los tres partidos que restan para el final de esta apasionante y disputada liga.
El Barça sumó ante el Villarreal su punto número 90 en la competición, la cifra más alta de la historia del club azulgrana, pero tendrá que superar su propio récord si quiere llevarse el título, porque su máximo rival no cede terreno y lo sigue a un punto de desventaja. Y si los de Guardiola mirarán de reojo a lo que suceda en Mallorca, los blancos harán lo propio cuando el Barça juegue en Sevilla. Pero sin distraerse porque Tenerife y Valladolid llegarán al Camp Nou necesitados de puntos para salvarse del infierno de la segunda división. La liga está viva y a nadie le cabe ya la menor duda de que se decidirá en la última jornada.
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