sábado, 15 de agosto de 2020

El Bayern arrasa a un ignominioso Barça


Cayó el FC Barcelona ante en Bayern de Munich por un vergonzante 2-8. La mayor humillación recibida en Europa en toda su historia. Una derrota sin paliativos, lacerante. Una debacle sin parangón en los 121 años de vida del club azulgrana. Unos jugadores sin alma, sin juego y sin físico dejaron ese deshonroso marcador para los anales. Se podía perder, los teutones habían demostrado ser un bloque sólido, un rodillo inmisericorde, con un fútbol vertical y pragmático, pero caer así, de esa manera… haciendo el ridículo, siendo abochornados ante los ojos de todo el planeta en cuartos de final de la Champions League. No es de recibo. ¡Es inadmisible!




Y tan solo es la culminación de una gran debacle, que se viene arrastrando desde hace varias temporadas en este mismo torneo. No solo es el Bayern en Lisboa, no. Es el ridículo de Liverpool o la vergüenza de Roma. Y en ninguna de estas eliminaciones afrentosas se tomaron medidas. Sí, un par de fichajes patéticos o la incorporación del incompetente Griezmann por la obscena cantidad de 135 millones de euros. O se cambia a un brasileño de 24 años por un bosnio de más de 30. Todo un cúmulo de despropósitos a todos los niveles y estamentos que devengan la primera temporada en blanco desde hace doce años. Y este hito lo han conseguido el presidente Bartomeu y todos sus adláteres tras groseras decisiones y planificaciones que, de tener un ápice de dignidad, les harían dimitir de manera inmediata.

El Bayern fue muy superior al equipo de Setién. Los mediocampistas germanos: Gnabry, Goretka, Thiago y Perisic, dieron un recital en la medular, dejando secos y cortocircuitados a sus homólogos blaugranas. La exhibición de los alemanes devengó un 1-4 a la media hora de juego. El duelo estaba sentenciado, pero aún quedaba un segundo acto para hurgar en la herida con dos goles más y para echar sal en la misma con otros dos goles del azulgrana cedido Coutinho, culminando así el denigrante 2-8, que lleva a los de Flick a semifinales y al Barça a un estado de estupor catatónico del que tiene harto complicado salir en fechas próximas. El inexorable y estremecedor “fin de ciclo” es un hecho.

domingo, 9 de agosto de 2020

Un Barça de luces y sombras elimina al Nápoles

El FC Barcelona venció al Nápoles por 3-1 en el Camp Nou y con ello sacó su billete para Lisboa, allí, en territorio luso, intentará obtener algún título en esta temporada que pinta en blanco.  Los culés ofrecieron una imagen con luces y sombras, con ráfagas de juego brillante, en la primera parte, y efectivo al mismo tiempo, y una desastrosa segunda mitad, dónde fueron a la deriva  y estuvieron a merced del equipo napolitano.



Y se presenta en esa "Final a Ocho" gracias al talento de su megaestrella Lionel Messi. Y a pesar de las bajas de Vidal y de Busquets que mermaban las opciones en la medular azulgrana. Todo arrancó bastante mal en el Estadi pero empezó a arreglarse en un córner, cuando a los 10 minutos Lenglet remató al fondo de las mallas el primero de la noche. Los italianos que, bajo la dirección de Gattuso, habían comenzado mejor que los locales, vieron cómo se torcían todos sus planes. Máxime cuando Leo medio sentenció la eliminatoria con un slalom de los suyos, a trancas y barrancas se fue de todos los rivales que le salieron al paso y la cruzó ajustada al palo derecho de Ospina. 

El VAR y la incompetencia de Cakir, al anular un bello tanto del rosarino por mano inexistente a todas luces, dieron vida al Nápoles. Tampoco vio el colegiado turco un clarísimo penalti de Koulibaly sobre el diez culé, el patadón sobre la pierna de Leo retumbó en todo el Camp Nou. Tras la verificación por el VAR, Luis Suárez ponía el 3-0 en el electrónico. La eliminatoria parecía decidida, pero en el minuto 49 un penalti, un poco light, de Rakitic, lo transformó Insigne para acortar distancias.

 Tras la reanudación Gattuso intentó cambios ofensivos para  marcar pronto y meterse en el partido, no lo conseguiría ya, pues la férrea defensa del Barça y la poca claridad de ideas de los napolitanos ante la meta de Ter Stegen determinaron que ese fuera el resultado final. Ahora a los de Setién les espera el Bayern de Munich, el equipo más en forma del continente, pero si lo salva ya solo quedarían dos partidos para levantar la Orejona y... con Leo Messi todo es posible.