martes, 26 de junio de 2018

La Roja tiene luz verde con el VAR


Si ya se tenía claro que el uso de la tecnología es determinante en el resultado de los partidos, en la noche del lunes quedó patente lo decisivo y cambiante que puede llegar a ser el susodicho VAR. A falta de escasos minutos para la conclusión de los duelos España-Marruecos e Irán-Portugal los de La Roja estaban condenados a tener unos cruces durísimos y los lusos a transitar por un camino de rosas. Una duda sobre un fuera de juego de Iago Aspas y un penalti en contra de Portugal fueron examinados con lupa durante varios minutos por jueces, árbitros y pantallas varias. El resultado es de todos conocido, muy favorable para los de F. Hierro y fastidiado para los Cristiano y compañía. Todo esto en teoría, solo en teoría, que luego hay que jugar y pasar.

Y eso que en minuto 12 ya se le torcieron las cosas al combinado nacional tras el gol de Boutaib, menos mal que Iniesta e Isco se las ingeniaron para igualar la contienda con el tanto del malagueño. El empate les dio alas y se vieron los mejores minutos de los nuestros. Hasta el denostado De Gea se animó e hizo su primera parada en este mundial. A pesar del dominio el gol no llegó y la igualada se mantuvo al descanso.

Tras la reanudación La Roja salió con una torrija del quince. Marruecos parecía Alemania y nos daba un repaso. Amrabat enviaba un misil a la cruceta y Hierro no reaccionaba, hacía la estatua desde el banquillo, la misma estatua que hizo De Gea en la segunda diana marroquí, tras cantada de Ramos en el marcaje a Nesyri, que este aprovechó para adelantar a los suyos en el 80. Aspas y Rodrigo buscaban el empata en una delantera renovada. Fue Iago el que lo lograba de espuela. Tanto anulado en primera instancia por el árbitro, pero que el VAR concedía justamente. España ya era primera y jugará, esperemos que mejor, los octavos contra Rusia, el anfitrión, el próximo uno de julio.

viernes, 22 de junio de 2018

España gana a Irán con la rodilla


Por un pírrico gol, anotado con la rodilla, derrotó España a Irán en el segundo partido que disputaba La Roja en este Mundial. Fue un encuentro que no pasará a la historia del buen fútbol, en el que Diego Costa con su afán peleón encontró el premio del gol. Fue un encuentro trabado desde el minuto cero, con once iraníes colgados del larguero, que ponían en serios apuros a los de Hierro a la hora de la circulación del esférico.

Tampoco puede criticarse tajantemente el planteamiento de Queiroz, los estamos viendo día tras día en los duelos que disputan las selecciones menos pujantes. Todos atrás, tratando de respetar un orden sobre el césped y patadón si la cosa se complica. Así vemos victorias por la mínima a combinados de enorme potencial, o inclusive empates de países que aspiran a todo.

En nuestro caso en concreto, haciendo abstracción de que el cargo de seleccionador le viene grande a F. Hierro, España no están sacando a relucir ese fútbol que nos ha llevado a Rusia sin perder un solo encuentro en la fase de calificación, ni tan siquiera en amistosos previos. Iniesta y Silva no están finos, incapaces de encontrar espacios se pierden en la maraña de jugadores rivales. Solo Isco, a cuentagotas, exhibe su calidad de vez en cuando. Ante Irán se trató de abrir el campo con la inclusión de Lucas Vázquez, pero ni por esas. No funcionó y al seleccionador se le apagaron las pocas luces que tiene.

Un tanto de Costa, tras pugnar por un balón en el área, devenga un escaso bagaje para una selección que aspira a todo. Eso sin contar con que tocó sufrir cuando los asiáticos buscaron la igualada y casi la consiguieron si no es por el VAR que les anuló un gol en fuera de juego. En definitiva, solo queda mejorar. Y ese avance hay que verlo ya ante Marruecos.

sábado, 16 de junio de 2018

Partidazo en Sochi: Portugal 3 –España 3


Enorme el partido que disputaron las dos selecciones ibéricas en su debut en la Copa del Mundo de Rusia. El estadio Fisht vivió un emocionante e indomable partido de fútbol digno de un Mundial en el que vimos a La Roja pasar por tres fases, una inicial con el tembleque de la inauguración, a la que hay que añadir un cambio de entrenador el día anterior, un intervalo medio en el que se lució, disfrutó e hizo disfrutar a la afición, y un tramo final en el que se perdió un tanto el control y en el que llegó la igualada cuando se había trabajado a destajo por la victoria.

Los de F. Hierro se repusieron de un penalti en el minuto 4 y de otro tanto al filo del descanso. Ambos goles de los calificados como psicológicos, si bien no afectaron a la esencia del combinado nacional. Pero del último mazazo de Cristiano, al que se aferró Porgutal, ya fue inviable el resarcimiento. De Gea no tuvo el día, cantó en el segundo y no estuvo a la altura de su caché. En el papel antagónico estuvo Diego Costa, que se erigió en protagonista con dos goles que devengaron sendos empates para España.

Tras el doblete del hispano-brasileño llegó el pepinazo de Nacho que volteaba el electrónico en tan solo tres minutos. La euforia se instaló en la parroquia española, no solo por la ventaja, sino también porque España se gustó con el balón y lo mimó. Iniesta e Isco daban ejemplo con su toque y distinción. Parecía que la suerte estaba echada pero Cristiano, que no mete una falta al arco iris, enchufaba el empate ante la estatua De Gea. Tras la tempestad desatada llegó la calma.

jueves, 14 de junio de 2018

Cagada del Madrid, cagada y tirada de la cadena de Lopetegui


Despropósitos varios en cadena han devengado una situación patética en el fútbol español, a 48 horas del inicio del Mundial de Rusia el combinado nacional se ha quedado sin su entrenador, Julen Lopetegui "El Egoísta". Tras entrar Florentino Pérez como un elefante en una cristalería y fichar al técnico vasco para el Madrid, la Federación Española de Fútbol, con Rubiales al mando, ha destituido fulminantemente al entrenador al que había renovado hace escasas fechas hasta 2020.

Las formas impresentables y maleducadas del Madrid de Florentino, fichando y anunciando a Lopetegui "El Egoísta" en vísperas de la Copa del Mundo, y la no comunicación de los hechos a la Federación por parte del míster han precipitado el despido del desleal entrenador vasco. Todo, absolutamente todo, es muy censurable y ciertamente barriobajero, muy propio del señorío del Madrid, de ese que tanto se le llena la boca a su presidente, pero que a la hora de remitirse a los hechos siempre se vislumbra el remusgo rastrero y despótico de la entidad merengue.

Y es que en este país de pandereta y corrupción lo único que le faltaba a la selección era plantarse a las puertas del mayor acontecimiento futbolístico del planeta sin entrenador, o peor, con uno interino cuyo enorme bagaje como entrenador reside en haber entrenado unos meses al Oviedo en segunda división. No quieres caldo, pues toma dos tazas. Porque del ministro del fraude fiscal ya mejor ni hablamos.