lunes, 10 de mayo de 2010

PARÍS SE TIÑÓ DE AZUL Y GRANA

El Regal Barça se proclamó campeón de la Euroliga en París, en un feudo tradicionalmente adverso. Y lo hizo a lo grande, aplastando al Olympiacos por 86-68. Un equipo griego construido a base de talonario –40 millones de euros de presupuesto, casi el doble que el del conjunto azulgrana- que vio impotente como el Barça, con su excelsa calidad, le pasaba por encima a lo largo del todo el partido

Con un Mickeal arrollador en los primeros minutos, los de más nerviosismo, con un Navarro estelar, que fue nombrado MVP y que acribilló el aro rival con 21 puntos, con un Vázquez intimidador que puso 4 tapones consecutivos, con un Lorbek inmenso en ataque y defensa, con un Morris espectacular anotando de tres, machando y taponando, con un Ricky exhibiendo su categoría, con un Sada que dinamitó el partido con su asfixiante defensa y su acierto en todo lo que hizo. Con un Ndong fajándose bajo los aros con las moles griegas. Con un Basile anotando triples e incrementando su liderazgo histórico de triplista en la Euroliga. Con Grimau aportando garra en defensa. Con Lakovic y Trías sumándose a la fiesta en el último minuto de deleite blaugrana.

El título de la Euroliga premió al mejor equipo del continente, que ya lo demostró en la fase clasificatoria, donde barrió a sus rivales, en los cuartos donde machacó al Madrid, en semifinales donde venció con autoridad al potente CSKA de Moscú y en la gran final donde anuló al Olympiacos en defensa y brilló espectacularmente en ataque.

La afición culé apoyó entusiasmada y con fuerza en todo momento, ahogando los gritos del mini-infierno griego en el Omnisports. A ellos se sumaron los jugadores del Barça de fútbol: Puyol, Xavi, Piqué, Busquets y Bojan, vestidos con la camiseta blaugrana, como mandan los cánones. El Barça alcanzó la gloria en París y tiñó, por fin, su cielo de color azul y grana.

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