MANITA Y TORTAZO

Anoche se disputó la penúltima jornada de liga, la más decisiva a tenor de los rivales que tenían Barça y Madrid. Los merengues endosaron una manita al Athletic Club, ayudados por el árbitro Muñiz que a los 20 minutos de juego se inventó una nueva modalidad de expulsión: mano, penalti y expulsión, lo nunca visto. El FC Barcelona en su dificultoso encuentro en Sevilla, no llegó a la manita, pero pegó un estruendoso tortazo a la Liga y por ende, al Madrid. De nada sirvieron los presuntos maletines que Florentino llevó en el AVE a Del Nido.

Los azulgranas dieron una nueva exhibición de fútbol total, de dominio del encuentro. Manejaron el partido a lo largo y ancho, maniataron a los sevillistas, les ahogaron con su presión asfixiante y con el estelar tridente canterano marcaron tres goles que parecían sentenciar el encuentro, pero no fue así, tras 70 minutos de maravillar con su juego, el Barça en dos acciones desafortunadas se dejó recortar la diferencia y se abocó inexorablemente a un sufrimiento extremo.

Volvió el mejor jugador del planeta a ser decisivo, Messi a los 4 minutos de partido inauguraba el marcador, situado de falso nueve, volvió a ser la pesadilla de Palop -ocho goles le ha metido el rosarino-. Los blaugranas no paraba de acechar la portería contraria, y así a asistencia genial de Xavi, la cruzaba al fondo de las mallas un enrachado Bojan. El presunto gol de la tranquilidad lo marcaba Pedro cogiendo un rechace al borde del área y lanzando un “pedrazo” ajustado al poste derecho de Palop. Luego pudieron llegar el cuarto, el quinto y hasta el sexto tanto, pero fue el Sevilla-que para entonces ya jugaba con 10 por justísima expulsión de Konko- el que puso el partido en un puño con los goles de su histórica pareja de arietes, Kanouté y Luis Fabiano. Pero con fútbol control y rondos eternos los de Heliópolis ya no inquietarían más el marco de Valdés. El 2-3 definitivo lo celebraron los de Guardiola con una piña al final del partido, la Liga está a punto de caramelo y el sábado próximo en el Camp Nou contra el Valladolid sólo falta poner la guinda al pastel.