SOBRE FICHAJES MORTADELIANOS

Mientras en el Mundial parece ser que ayer alguien vio buen juego, aunque algunos bafana bafana dicen que sólo fue un avistamiento ikerjimenesco entre estruendosas vuvuzelas, y ya tenemos otras cuatro selecciones clasificadas que deparan los siguientes cruces de octavos: USA-Ghana y un interesante Alemania-Inglaterra, en nuestro querido FC Barcelona tenemos un guirigay/galimatías de padre y muy señor mío del que espero y deseo que salgamos incólumes barra indemnes.

Por no retrotraernos en el tiempo con Hleb, alías “bluf-hleb”, diremos que todo empezó el año pasado con la venta-regalo de Eto’o (vendo nueve, barato, barato, que me lo quitan de las manos), con lo cual nos emplumaron a Ibrahimovic, el sueco errante, por un pastizal de tres pares de c., con una nómina que ya le gustaría a Bill Gates y con un Ferrari que ya quisiera Fernando Alonso.

Eso por no hablar de adquisiciones surrealistas tipo Henrique, ¿dónde se ha visto fichar un central brasileño? O fichajes exóticos, como el de Keirrison, que nació en el Mato Grosso, no me digan que no tiene reminiscencias de historieta de Mortadelo y Filemón: el entrenador Bonito Loro ha pedido el fichaje de Kerrisón-me-da, me parto el eje, nacido en el Mato Grosso y cuyo representante el agente Boñíguez pide un montón de petromortadelos en comisiones, porque dice que su representado es un gran jugador y además en cierta ocasión en una temporada remota metió un gol mientras al portero rival se le iban los ojos con la reportera Ofelia Carbonera.

Luego estuvo el ucraniano que llegó del frío, el del método Chigrinski, que todavía desconocemos, pero que intuyo que está a punto de sorprendernos, no sé si será con un medido desplazamiento de balón o con un cóctel estival, pero estoy convencido de que nos va a impresionar en breve.

La saga de despropósitos en tema fichajes podría tener su prolongación esta temporada, pues parece que finalmente se va a dejar marchar a Touré, (menuda avería vamos a preparar en la medular) para traer a Cesc, que por muy virtuoso que sea, ni puede cubrir las posiciones de Yayá, ni sus polivalentes prestaciones, ni tendrá sitio en el once blaugrana, cosa claramente demostrada en la selección donde los mediocampistas del Barça le comen la tostada/torrija. Y hablando de torrijas, a ver si con Rosell en la presidencia se ficha un poquito mejor y dejamos de lado las torrijas mentales.