LA SUSTENTACIÓN CUSTOMIZADA DE LA ROJA

Tranquilidad, que ahora trato de explicar el rimbombante titular, pues bien, La Roja es una selección que… era broma, of course. Cuando se habla de sustentación en aeronáutica se hace para referirse a la principal fuerza que permite que una aeronave con alas se mantenga en vuelo. Ésta, al ser mayor que el peso de la aeronave, le permite despegar. Por otra parte, la customización, que nada tiene que ver con diseñar la ropa Custo Line de los hermanos Dalmau, ni tampoco con explorar bajo el mar a lo Jacques “Custó”, más bien equivale a modificar un objeto, una entidad, para adaptarlo a las preferencias del usuario, de tal manera que se distinga de cualquier otro de su especie.

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No decimos que haya que customizar una vuvuzela sudafricana desde el prisma de la sustentación, para que la Selección recupere su línea habitual, que para eso ya tenemos a Manolo y su bombo. Hablamos de recuperar las señas de identidad, la idiosincrasia, los rasgos inherentes de nuestro equipo nacional, los que han hecho de La Roja el mejor combinado del mundo, por juego, por títulos y por personalidad consustancial. Pues la selección ya tenía su hecho diferenciador, ya exhibía su customización propia.

Tras la derrota de España en su primer partido de este Mundial, los entendidos en la materia propugnan una Roja “descustomizada”, realizar modificaciones en posiciones puntuales para dar un empujón a un conjunto supuestamente carente del ritmo habitual. Por supuesto no han faltado voces, autorizadas unas, miserables otras, que han hecho de la primera derrota una debacle nacional, que digo nacional, interplanetaria, cuando lo más procedente es transmitir una perspectiva serena y consecuente con la trayectoria de nuestra selección. Esto es, una sustentación customizada de La Roja.