Cuando tienes la mente y los cinco sentidos puestos en el partido que te da acceso a una final de la Champions, es muy difícil concentrarse en un choque contra el colista. Esto le pasó ayer al Barça contra el Xerez, primero contra último, tuvo que ser harto complicado para Guardiola concienciar a sus jugadores de que lo importante era el choque contra los de Gorosito.
Y en principio Pep consiguió ese grado de concentración necesario, pues se adelantó en el marcador con dos goles de Jeffren y Henry, pero la respuesta de Bermejo con un tanto que acortaba distancias, ha demostrado que había que bajarse del autobús y sudar un poquito más. Y todo el buen trabajo realizado hasta la fecha por Xavi circulando el balón se ha venido abajo, y los nervios han atenazado a los culés, dada la gran importancia de los tres puntos para mantener el liderato liguero.
Los jerezanos se han venido arriba y han estado a punto de lograr la igualada, el Barça navegó sin rumbo casi media hora. Y el Xerez se lo creía. Ha tenido que ser Messi el que saliendo del banquillo transmitiese la calma necesaria para controlar el tempo del partido. Y así Toure ha servido el tercer gol a Ibra, que no lo ha desaprovechado. Ha llegado la tranquilidad, solo rota por la fea entrada de Alustiza a Messi. El Barça se llevo la victoria y ya espera el Inter. A dejarse la piel. A por ellos.
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