Tiene que ser terriblemente frustrante dejar la NBA para venir a la ACB, a uno de los mejores equipos de Europa (Real Madrid) y que te unten el morro y te vapulee una y otra vez el conjunto más en forma del continente (Regal Barça). Esto le está pasando a Marco Jaric (M.J.), que por supuesto y aunque coincidan las iniciales no es Michael Jordan. Y claro el no ser “Air” nos pasa a todos los mortales, pero que te arrolle la apisonadora blaugrana repetidamente (ya van siete veces esta temporada) tiene que desesperar al más pintado, y esto le pasa al bueno de Marco, que víctima de su propia impotencia, hace faltas a destiempo, se agarra del aro sin ton ni son, le pitan técnicas y sufre en silencio con las bombas de Navarro, con la solidez de Lorbek, con el poderío de Mickeal y con el control de Ricky.
Esa misma impotencia debe padecer también, aunque sea por ósmosis, el señor Messina, uno de los técnicos más laureados del viejo continente, cuando semana tras semana, ve como una vez sí y otra también el Barça destroza sus ineficaces planteamientos de pizarra. Por contra, Xavi Pascual y sus muchachos se deben sentir los mejores del planeta basket y se deben de quedar tan anchos después de semejantes palizas que le vienen endosando al Madrid, y a buen seguro no sólo se ven con autoridad para conquistar el triplete, sino que además son susceptibles de disputar las series finales de la NBA a los mejores Lakers de Bryant y Gasol, y posiblemente ganarles el anillo.
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