sábado, 10 de abril de 2010

LA MAGIA DE UN CERO A CERO

Llega el partido más deseado de los últimos tiempos. El partido del milenio. El encuentro que todo el planeta fútbol anhelaba para la final de la Champions League. Pero como este ya no se dará, se nos regala hoy, en La Liga, indefectiblemente como otra finalísima. Es el Madrid-Barça. El megaduelo de todos los tiempos. Llegan ambos en gran forma y con la mayor cantidad de puntos de la historia de la liga, empatados a 77 puntos, “una puta barbaridad” como diría Guardiola. Cualquier resultado es factible.


Y hacen acto de presencia las dos estrellas más rutilantes del panorama futbolístico actual: Messi y Cristiano (por este orden). Pero no se equivoquen, no es un desafío entre los dos astros. Es un reto entre las dos plantillas más potentes de Europa. Una basada en la cartera, la del Madrid, y otra cimentada en la cantera, la del FC Barcelona. Tampoco se dejen engañar por toda la gente que afirma que el choque no es decisivo. Lo es en grado superlativo. Tanto que el que obtenga la victoria, tendrá la liga en el bolsillo (o casi).


Esta noche soñé con el clásico. Mi mejor amigo me invitaba al evento por mi cumpleaños. Sacaba las dos últimas entradas puestas a la venta, dejándose un riñón y parte de su protuberante nariz. En los inicios los merengues acribillaban la portería azulgrana, pero un inmenso Valdés lo paraba todo. A los 20 minutos el Barça, con Xavi al mando, imponía el orden de las cosas y dominaba el encuentro con su preciosista juego de tiqui-taca, pero las tablas se mantenían en el luminoso. Veíamos distintos deportes desde la grada, Cristiano hacía halterofilia mostrando abdominales y Leo practicaba esquí, realizando slalom gigante entre puerta y puerta. Pero al final, a pesar de los méritos de unos y de otros, el empate a cero fue el resultado definitivo. Eso sí…, con un gol de Messi. (Los sueños son así de insólitos y mágicos).

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