El Barça lanza un córner en el minuto 63, remate de Puyol y el rechace lo convierte en gol Ibrahimovic. ¡Gooooool! Esto fue lo más destacado que ocurrió ayer en el blindado Son Moix, en el que hasta la fecha sólo había ganado el Sevilla. Ibra tuvo que abrir la lata de nuevo, en un partido complicado como ya se preveía en un principio.
Salió el Mallorca con muchas ganas, y sólo el palo y un inmenso Valdés (una vez más) detuvieron el empuje bermellón. Se asentó el Barça y dominó el encuentro, sin ser un partido para recordar, ni mucho menos, se reconocieron los automatismos y la impronta culé, al más puro estilo guardiolista. Y eso que la delantera era inédita con Pedro, Ibra y Jeffren. Comenzó bien éste último creando las primeras ocasiones de peligro, pero luego se diluyó. Iniesta y Keita comandaban la medular, bien protegidos en la retaguardia por Touré. Pudieron marcar, el propio Jeffren, Milito e Ibra, pero no estuvieron acertados y Aoute lo paró todo.
Con el 0-0 se llegó al descanso. Guardiola movió piezas y entraron Messi y Xavi. La sola presencia del mejor jugador del mundo ya intimida. Pero no fue la tarde del rosarino, pudo marcar en un jugada made by Messi, arrancando en diagonal desde la derecha pero el disparo se le fue desviado y también pudo hacerlo con una “espaldiña” que le dejó Ibra pero se le fue alto el tiro. Tuvo que ser ese determinante minuto 63 donde el sueco adelantó al Barça en el marcador. Resultado que a la postre dio los tres puntos y el liderato provisional a los culés.
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