Tocaron los “gunners” en el sorteo de cuartos de la Champions. El FC Barcelona se verá las caras con el Arsenal londinense, el equipo capitaneado por otra joya de La Masía: Cesc Fábregas, que a buen seguro habría preferido encontrarse al Barça en la final, como todos los demás cuartofinalistas, mentar a los blaugranas es como mentar a la bicha, el enemigo más difícil, al que todos prefieren batirse en duelo a un solo partido.
Será un combate táctico de primer nivel, Wenger-Guardiola, moverán sus piezas y prepararán sus estrategias al detalle. Será un choque abierto, con un fútbol ofensivo constante, los ataques primarán sobre las defensas. Espectáculo en estado puro, desafío de máxima categoría en la competición reina.
Henry volverá al Emirates, ya sin vestigios de su añorado Highbury, donde exhibió sus momentos más estelares. Ahora Titi no disparará contra Valdés, como sí lo acribilló en la final de París, pero sí lo harán Bendtder, Nasri, Arshavin y compañía.
El sorteo además deparó un cruce en semifinales con el vencedor del Inter-CSKA, así que el hipotético Barça-ManU, sólo podría darse en la finalísima del Bernabéu. Eso sí, teniendo en cuenta el canguelo que sobrevuela Madrid, a los merengues les queda el consuelo que si los culés llegan allí, jugarán de visitantes, así lo dispuso el bombo. Así a lo sumo el Barça puede profanar el templo del madridismo, pero no su sagrado vestuario. Pero no hay que aventurarse, lo primero es el Arsenal, y como dijo Wenger, la eliminatoria está al 50%. Así lo creemos todos. A disputarla. A disputar el duelo entre cañoneros.
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