miércoles, 6 de enero de 2010

TIRARLA O NO TIRARLA

Esa es la cuestión. Tirar la Copa o no tirarla. Ya dije ayer que soy partidario de tirarla, pero que si Guardiola afirmaba que no hay ningún título más importante que otro, pues a por ella. Pero el propio Pep pareció contradecirse, poniendo en liza un Barça de rebajas con ocho suplentes en el once inicial, incluyendo al rehabilitado Milito y al desesperantemente lento Chygrynsky, contra dos cuchillos como Navas y Capel. Y así el resultado no podía ser otro: los Reyes Magos dejaron carbón al equipo azulgrana y el roscón fue para el Sevilla, 1-2, y eliminatoria prácticamente sentenciada.

El encuentro fue una lucha de poder a poder, entre dos equipos revolucionados en sus onces, con ganas de agradar bajo la lluviosa noche barcelonesa. Tiró Messi de su repertorio en el uno contra uno e Iniesta de su magia, pero pareció poco bagaje ante la zaga titular heliopolitana, que no hizo demasiadas concesiones a la galería. Estuvieron acertados en sus ocasiones y eso fue suficiente para ganar el partido ante un Barcelona de circunstancias.

Para el grato recuerdo la clase de Ibrahimovic en el gol culé y la vuelta del mariscal Milito a los terrenos de juego, y para el infausto recuerdo el colegiado Pérez Burrul, que no dio una a derechas, perjudicó al Barça, enervó al respetable e hizo oposiciones para ocupar algún día la plaza de Megía Dávila.

No ha empezado muy boyante el año 2010 para los intereses blaugranas, pero esto es muy largo y no ha hecho sino comenzar. Queda mucha tela por cortar y el sastre de Santpedor sigue con las tijeras afiladas.

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