Le afirmé que sí, que no se me ocrurría nadie con tantas cualidades como el luso. Pero claro que un seguidor merengue te plantee eso, te hace dudar, y no sólo es eso, viendo como trata de lucir sus abdominales a la menor ocasión, como posa en calzoncillos, el desplante de amagar con lanzar la pelota a un seguidor del Athletic, su prepotencia que le impide encajar la derrota con humildad, sus gestos despectivos con compañeros, rivales y público, te replanteas no sólo si es el 2º mejor del mundo, sino también, si el susodicho no equivocó la profesión. Eso por no hablar de los dos recados que soltó sin balón a jugadores del Athletic, que solo merecieron una tarjeta amarilla para el árbitro, y luego se quejarán de los arbitrajes.
En su defensa, sale la caverna mediática madridista, alegando que los bilbaínos pitaron e insultaron a Cristiano, cosa que no me cuadra pues el mismo dijo que le gustaba sentir el odio y que le pone que le insulten en otros campos, pues si va provocando haciendo este tipo de declaraciones, luego que apechugue con las consecuencias. Además, que en el salario que cobra le van incluidos esos “extras”, o ¿cree que a grandes jugadores como Maradona le aplaudían cuando iba a San Mamés? No. Pero es que ellos iban a jugar, no a hacer poses, ni a buscar el primer plano, ni a provocar al personal.
Y ya no sé si el portugués será el 2º mejor jugador del mundo o el 4º, lo que está claro es que no se le puede poner un profesor de educación, ni devolver a Florentino los 96 millones de euros, y nadie tiene culpa de que juegue el hermano de Kaká en vez del verdadero Kaká, ni mucho menos que el Barça le meta 4 goles al Sevilla jugando al fútbol.
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