viernes, 29 de enero de 2010

F10. ALONSO

Esta imagen ilustra el Ferrari de la temporada pasada que pilotaron Kimi Raikkonen y Felipe Massa, que no obtuvo los buenos resultados que de él se esperaban.


Ayer se presentó en sociedad la mítica escudería Ferrari. Los de “Il Cavalino Rampante” comienzan a agitar sus alas con el nuevo F10 y con Fernando Alonso a la cabeza, que apareció embutido en un corporativísimo mono rojo.


Hay unas enormes expectativas depositadas en el bicampeón mundial y en ese seductor binomio que forma con los coches rojos. Ahora más largos y menos rojos que nunca, dada la tremenda inversión de Botín en el imperio de Montezemolo, que provoca que los alerones sean blancos y que el monoplaza parezca colchonero. Pero de alguna manera hay que amortizar esa operación de marketing del macrobanco encaminada a multiplicar la inversión en términos publicitarios como ya ocurriera cuando patrocinó a Mclaren.

La temporada se presenta emocionante, no sólo por Alonso, también estarán animando el mundial y hablando en castellano: Alguersuari en Toro Rosso, De la Rosa en BMW Sauber y la nueva escudería Campos Meta. Massa querrá dejar de ser el eterno segundón. Button intentará revalidar el campeonato. Hamilton seguirá dando guerra o por lo menos provocando conflictos. Y como no, vuelve Schumacher, el kaiser alemán tratará de demostrar que el que tuvo, retuvo.

El Ferrari de Massa tiene previsto rodar hoy si el tiempo y la autoridad no lo impiden y Fernando se estrenará el martes en Valencia. Empieza a rugir el gran circo de la Fórmula 1 en un año de cambios, en el cual se modificará el estilo de pilotaje al no poder repostar gasolina durante la carrera y donde los datos técnicos obtenidos por los de Maranello y el radical rediseño que presenta, auguran un coche competitivo y una brillante campaña.

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