martes, 26 de enero de 2010

EL VEDETISMO DE CRISTIANO

El talento de CR96 para el fútbol no lo discute nadie, es posiblemente el segundo mejor jugador del mundo y tiene calidad a raudales para dar y tomar. Como jugador es un diez, pero como persona, y a los hechos me remito, es un cero. Un provocador y un chulo de playa.


Dice el ínclito portugués, tras romper la nariz a Mtiliga, que es una vergüenza que le saquen roja. No Cristiano, no, la vergüenza por antonomasia eres tú. No es cierto que se te ame o se odie a partes iguales, eso pudo haber sido en Manchester, en tu etapa madrileña no has sembrado más que odio por donde vas y generado asco y deshonra a partes iguales por donde pisas. Antes de torcer el tabique nasal al jugador del Málaga, has demostrado un repertorio de malas maneras, que incluye una patadón al almeriense Ortiz, has amagado con tirar un balón a un aficionado bilbaíno en “la catedral”, has increpado a Iniesta, el pelotero más susceptible de no ser increpado de toda la Liga, que te tuvo que poner en tu sitio: calladito estás más guapo. Eso en tu breve estancia en España, por no hablar del cabezazo a Hughes en la Premier, ni de patadas a coches de periodistas.


Y te has adornado con todo tipo de esparajismos y chulerías más propios de una vedette de revista que de un jugador de fútbol, como quitarte la camiseta para exhibir tus abdominales o mandar callar al público. Eres mal compañero de tus propios compañeros, no celebrando los goles que ellos marcan y peor compañero con los rivales. En vez de desplegar todo tu talento por los campos, vas dejando tu legado de odio y un germen de vergüenza por donde pasas. Y no te mereces dos partidos de castigo por la tarjeta roja, estás pidiendo a gritos una sanción ejemplar para que reconduzcas tu vedetismo y tus malas artes.

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