MÁS FÚTBOL QUE GOLES

El FC Barcelona se impuso al Getafe por 2 a 1 en el Camp Nou, en un partido difícil de jugar por la semana movidita que le ha tocado pasar el Barça, donde poco se habló de futbol y menos aún del Geta. Con los tres puntos se cierra así una semana que empezó torcida con el empate en Sevilla, prosiguió con las indignas acusaciones de dopaje, provenientes de Madrid, y continuó con la pésima noticia del tumor de Abidal. Poco a poco todo ha ido encauzándose.

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Anoche ambos equipos saltaron al césped con camisetas de apoyo a Abidal, “T’estimen Abi” decían las de los azulgranas, y “Ànims Abidal” las de los getafenses. Durante varios minutos la grada ovacionó al defensa francés mientras se veían imágenes suyas en los videomarcadores.

El partido en sí, vino a ser más de lo mismo, un Barça dominador, con altísima circulación de balón, embotellando al rival en su campo, y errando en los últimos metros. No encontraban los de Guardiola la salsa del fútbol, hasta que en un rechace de la defensa madrileña, el balón le llegó a Alves, que desde fuera del área, y sin pensárselo, enganchó un cañonazo que se coló por la escuadra de Codina. Con un disparo a bocajarro de Casquero, que sacó Valdés con el pie, y algunos disparos más sin pólvora de los culés se llegaba al descanso.

Nada más comenzar la segunda parte, Messi habilitó a Bojan en el área, para que el de Linyola, un tanto escorado, recortase con la diestra y chutase con la zurda, subiendo el 2-0 al marcador, tras rozar en un defensa. Fueron quince minutos de empute total del Barça, con la finalidad de cerrar el partido, pero el Getafe se defendió como pudo, Míchel paró el acoso y derribo con un cambio, y consiguió mantener el partido vivo.

Como de costumbre, faltó puntería, pero también se adoleció de precisión. Lo primero ya suele ser una constante en los últimos partidos, así tenemos a Villa y Messi, fallando más que una escopeta de feria. Pero anoche faltó esa precisión quirúrgica, que tan difícil resulta en el fútbol, y a la que el Barça nos tiene malacostumbrados. Los pases de la muerte se convirtieron en pases de vida para el Getafe, que veía como el Barça no cerraba el partido definitivamente. Así en el último suspiro Manu acortaba distancias, y sembraba las dudas en el Estadi. El público acabó pidiendo la hora. Esto y la quinta amarilla de Xavi, dejaron un regular sabor de boca. El bueno: tres puntos más y una jornada menos.