EL DEDO DE SZCZESNY

La zurda prodigiosa de Messi, la niñería de Van Persie, la grandeza de Xavi, la cobardía de Wenger, la magia de Iniesta, el desacierto de Bussaca,... Mira que hay días que no te sale un titular ni a la de tres, y sin embargo, para el FC Barcelona – Arsenal salen titulares como setas. Pero dejemos a un lado las setas, anoche estábamos a Rolex.

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El Barça ya está en cuartos de la Champions, no fue fácil, se sufrió lo indecible. Y esto a pesar de un dominio abrumador, de un buen número de ocasiones de gol y de conseguir embotellar a los gunners en su campo durante casi todo el partido. Todo ello gracias al empuje que imponían los de Guardiola con su fútbol y su presión asfixiante, y también, porqué no decirlo, a la cobardía de Wenger, el adalid del jogo bonito en Inglaterra, se acongojó en el Camp Nou, juntó dos líneas en diez metros con Van Persie adelantado y ahí que se las diesen todas. Ver a peloteros como: Nasri, Rosicky, o el mismo Cesc, corriendo como posesos y sin trenzar jugada alguna, fue un insulto al fútbol en toda regla.

Aún así las ocasiones no llegaban, la telaraña amarilla no dejaba espacios. Lo intentaban Xavi e Iniesta intentaban romper la línea de fuera de juego, pero ni por esas. Los londinenses ni se acercaban al área de Valdés, pero tampoco los de Guardiola creaban ocasiones claras. Fue entonces cuando un libre directo de Alves, hizo que se rompiese el dedo de Szczesny, ahí cambió la suerte para el Barça, pues fue sustituido por Almunia, portero talismán para los culés, al que Messi metió cuatro goles el año pasado, y portero que encajó los dos goles de Eto’o y Beletti en la final de París. Un clamoroso penalti a Leo no pitado, con el trencilla a dos metros hizo temer lo peor. Los ingleses perdían tiempo tirándose por el césped y fingiendo lesiones inexistentes. El colegiado con buen criterio prolongó 5 minutos, fue ahí cuando Iniesta destrozó a los defensores al borde del área y consiguió meter un pase inverosímil entre un bosque de piernas, para que Messi elevase el balón evitando al guardameta y fusilase al fondo de las mallas. Portentoso culmen de la exhibición blaugrana.

En la reanudación con el 1-0 que clasificaba al Barça, no se vio un Arsenal al ataque. Ni por esas. Tuvo que ser un corner y por medio de un gol en propia meta de Busquets, que actuaba de improvisado central, como llegó la igualada. Tocaba sufrir. La angustia fue menor cuando Van Persie se autoexpulsó disparando a portería cuando ya se había pitado fuera de juego, en otra artimaña para perder más tiempo. El gol que necesitaban los azulgranas no llegaba, el tiempo apremiaba, los nervios atenazaban y muchos nos acordamos de las semifinales contra el Inter. Pero volvió a aparecer el mago Iniesta, que entró por el medio, conectó con Villa, y este con Xavi para que el capitán batiese por bajo a Almunia. Eliminatoria igualada. El mal trago pasó rapidísimo, pues a los tres minutos, Xavi conectó con Pedro que recibió otro penalti de libro, esta vez Busacca se acordó del reglamento y lo pitó, lástima que se le olvidase sacar la segunda amarilla a Koscielny. SuperMessi, marcó el definitivo 3-1, engañando por completo al portero navarro, al igual que Wenger engañó al fútbol, traicionando su estilo. La pusilanimidad se paga cara ante el fútbol total del Barça. Pasó a cuartos el mejor.