MESSI NO SABE DE ANSIEDADES

El FC Barcelona se impuso al Zaragoza en la Romareda, con dos goles de Lionel Messi. Viendo el partido en casa de mi amigo Pepe, comentamos la suerte que tenemos los culés de tener al argentino en nuestro equipo, en haberlo traído de pequeño, en haberlo formado en nuestra cantera, una buena estrella inconmensurable y de valor incalculable, la de contar en nuestras filas con el mejor jugador del planeta.

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Empezó el partido muy vibrante por parte de ambos contendientes, el Barça atacando con mucho ímpetu y los maños defendiéndose con enorme intensidad, arropados por un estadio volcado con los suyos, como si de una final de Copa del Rey se tratase. Los azulgranas con Iniesta retrasado hasta posiciones de Xavi, trenzaban peligrosas jugadas de cara a la portería de Doblas, si bien este no pasaba demasiados apuros. A pesar de la intensidad de los espartanos de Gay, los de Guardiola respondían con un punto más de celeridad, más despiertos si cabe, muy enchufados, demasiado para un partido contra el colista, pero atractivo y sugestivo de cara al espectador.

Villa, con su ansiedad, seguía fallando en lo que a punch se refiere, pero en estas que inició un desmarque en profundidad, se llevó a cuatro defensas, que incomprensiblemente dejaron libre a Messi, que sólo ante el portero, tras recibir el medido pase del Guaje, lo batió con una definición pluscuamperfecta, propio de los elegidos. Minuto 43, gol psicológico y mi amigo Pepe que ponía la radio, para oír el tanto cantado por gran Alfredo Martínez. La vibración inherente al propio partido fue in crescendo con la voz desgarrada del magnífico locutor.

En la reanudación, no cambiaron los planteamientos, intensidad total y a por todas. Cambió este escenario a los diez minutos, capón ingenuo de Ponzio a Alves, y expulsión merecida del zaragocista por hacer el tonto. Partido encarrilado para los blaugranas con un hombre más, y finiquitado cuando el genial Leo cazó un rechace al borde del área pequeña. Con el 0 a 2, el Barça contemporizó y no quiso hacer sangre. El objetivo estaba conseguido, tres puntos más y récord de victorias (4) para el Barça fuera de casa en un inicio liguero.