EL PULPO PAUL Y EL BALÓN DE ORO

El pulpo Paul ha fallecido. El cefalófodo adivino nos ha dejado y con ello se nos va sin realizar su última gran predicción, la del Balón de Oro. Un prestigioso premio y harto goloso de cara a todo el entorno futbolístico. Cada uno arrima el ascua a su sardina, y así tenemos a la caterva cibelesca y al relañato, haciendo fuerza para la quimérica posibilidad de que Casillas se haga con el deseado galardón. Todo hay que decirlo, con cierta flojera para lo que nos tienen acostumbrados, de ello se desprende que no van a gastar tiempo, dinero y energías para algo altamente improbable. Eso sí, se espera una campaña más agresiva conforme se vaya acercando el día de la entrega. Hasta parece que, dando esa batalla perdida, se van a centrar en untar aceite para que se lo den a Mourinho como mejor entrenador, en detrimento de Del Bosque que viene de ganar un mundial con España. En fin, cada loco con su tema.

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En los medios catalanes y mundiales las deliberaciones van por otros derroteros, se centran en los jugadores con verdaderas posibilidades de hacerse con el balón dorado: Xavi, Iniesta, Sneijder y Messi. Donde el que se lo debiera llevar sin duda de ninguna clase, es el doctor Xavi Hernández, jugador que con su forma de entender el fútbol y con su categoría ha impulsado a La Roja a situarse en el primer escalafón internacional, con una Eurocopa de Naciones y un Mundial a sus espaldas. Si a un tuercebotas como Cannavaro le dieron el Balón de Oro hace cuatro años, porque la selección italiana ganó el mundial, qué menos que ahora hacer lo propio con Xavi, que ha conseguido lo mismo pero además con un despliegue de fútbol y una exquisitez solo reservada para los elegidos.