MUCHO PEDRO, POCO BARÇA

En el día del récord de partidos en azulgrana (549) de Xavi Hernández, tuvo que ser Pedro Rodríguez con dos “pedrazos” el que pusiese en funcionamiento la atascada maquinaria culé, ante un Levante que puso el autobús de dos pisos en el Camp Nou. Entre la telaraña levantina y la espesura blaugrana, pintaba mal para un Barça que no podía contar con Messi y veía como Bojan y Villa se enredaban una y otra vez en el barullo organizado por la defensa rival.

Menos mal que estaban Alves y Pedro para amarrar tres puntos vitales, el brasileño fue el más incisivo del partido, el más desbordante, y merced a sus dos pases de la muerte, pudo el canario rematar dos balones al fondo de las mallas. Y es que el 17 se ha convertido en uno de los cracks del equipo, ya no sólo es el jugador sacrificado y entregado, es un goleador nato, un superclase capaz de desequilibrar un choque el solito. Ayer lo volvió a hacer, mientras Messi, estaba tan pancho en la grada, con dos días más de vacaciones y viendo los toros desde la barrera.

El golazo de Stuani en un empalme espectacular según le venía la pelota, puso la incertidumbre en el marcador e instaló los nervios en un Estadi, que acabó pidiendo la hora, porque no se vislumbraba ese Barça arrollador y preciosista al que estamos tan mal malacostumbrados. El 2-1 final muestra bien a las claras la dificultad de primer encuentro del año, al cual todos teníamos más miedo que a un nublado, máxime cuando no puedes alinear al mejor jugador del mundo, y cuando tus dos centrales titulares son sustituidos por jugadores de otras demarcaciones, como Busquets y Abidal. Todo ello redundó en poco Barça, pero mucho Pedro.