ESTEBAN, NO ESTABAN Y SÍ ESTABA

Sin querer restar un ápice a los méritos contraídos por el FC Barcelona en su octava “manita” de la temporada, hay que reconocer que anoche en el Camp Nou, contaron con la inestimable colaboración de Esteban, el portero suplente del Almería que no tuvo el día. ¿Estaba o no estaba?-se preguntaban sus detractores-. Claro que siempre podrán salirle defensores al veterano guardameta, que en su día sonara para la portería azulgrana, argumentando que al cancerbero titular, Alves, hace un par de meses encajó ocho tantos.

. También nos encontraremos al iluminado de turno que explicará este 5-0, con la nula predisposición de los almerienses (vamos, que no estaban, que se dejaron ganar). Pero lo más correcto sería decir que la apisonadora culé volvió a arrollar inexorablemente al rival de turno, que circularon la pelota a una velocidad endiablada, que a Oltra no le salió la estrategia de presionar en la línea de tres cuartos, que algún día se tenía que romper su inmaculada trayectoria en Copa, o que tres goles en un cuarto de hora amilanan al más pintado.

El festival blaugrana comenzó con un disparo de Messi, que el portero rojiblanco no supo atajar, éste prosiguió sus cantadas con otro fallo a tiro cruzado de Villa. El tercero de Leo fue en un contragolpe de libro, que culminó el rosarino a pase de Iniesta. El Almería trató de capear el temporal, con los esquemas rotos, y agazapados en su campo, recordando el 0-8 como una punzada en el corazón, recularon maquinalmente. En una falta botada por Xavi, de las que nunca cuelga el Barça a la olla, Pedro conectó un testarazo que se coló por toda la escudera.

En la reanudación los locales levantaron el pie del acelerador, viéndose virtualmente en la final, y se dedicaron a dejar pasar los minutos, si bien tuvieron ocasiones para incrementar su cuenta, pero Esteban trató de redimirse, desbaratando todas las acciones con acertadas intervenciones, evitando así otro bochorno para la parroquia andaluza. Eso sí, no puedo evitar en el último minuto el quinto de la tarde, un prodigio de control con la diestra y definición con la zurda de Keita, a pase de Messi a lo Laudrup. El argentino también parecía que no estaba, pero vaya si estaba.