EL BARÇA SE DISPARA A RITMO DE RÉCORD

Faltó el gol del número uno del mundo para completar “la manita” a la que nos tiene mal acostumbrados el FC Barcelona, el argentino Messi no tuvo una de sus noches más inspiradas, y el marcador quedó “tan solo” en un 4-1. Bastó para dar un baño futbolístico al reforzado Málaga, sobre todo en la primera parte, donde todos los petrodólares de los jeques malacitanos, no fue suficiente para detener al vendaval azulgrana, que con esta victoria se proclama campeón de invierno. El mejor campeón de invierno de la historia, con “la puta barbaridad” de 52 puntos, con 28 partidos invicto en todas las competiciones, 14 victorias consecutivas en Liga y una marca goleadora a ritmo de récord (61 goles).

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Y no sólo rompe todos estos registros comentados, sino que lo hace a lo grande, con un fútbol de alta escuela, con la sensación de que en cualquier momento te pueden sorprender con algo mágico, enarbolando la bandera del espectáculo, con un ansia de dominar, de gustar, de vencer y de convencer, algo fuera de lo normal, todo ello, acumulando puntos, récords y elogios en idénticas proporciones, y convirtiéndose en un equipo cada vez más mítico.

El honorífico título de campeón de invierno ya lo tenía el Barça antes de saltar al césped del Camp Nou, pues el Madrid había empatado contra el colista Almería, generando otro dramático episodio en la galaxia merengue, y donde Mourinho puso la cruz a otro árbitro, tras Paradas Romero, Mateu Lahoz e Iturralde, esta vez le tocó a Pérez Lasa, le tocó ser el culpable de un fútbol miserable y mezquino, que hace que un equipo de 400 millones de euros juegue a la contra en Almería, donde el Barça hace un mes, metió 8 goles. Patético el victimismo del portugués, y por ende, del madridismo.

Guardiola dispuso a su once de gala, no quería sorpresas, y sí poner tierra de por medio con el eterno rival. Con toda la artillería enchufada, una presión desmedida y una velocidad de balón sublime, ya se vio desde el primer momento que eso iba a ser otro recital en azul y grana. Así Iniesta inauguró el marcador con un golazo desde la frontal, a pase de Alves. Villa a los 18 minutos encarrilaba el encuentro gracias a una asistencia de Messi, y Pedro en un rechace finiquitaba el partido a la media hora larga de juego. En la reanudación el Barça salió con un relax propio de la ventaja adquirida y el Málaga lo aprovechó para acortar distancias con un lanzamiento de falta fantástico de Duda. Para que no cundiese el pánico, a los cinco minutos, Villa firmaba su doblete en un mano a mano con Asenjo y dejaba al Madrid a 4 puntos, una diferencia que se aproxima más a la existente entre culés y merengues, aunque futbolísticamente hablando, la distancia es sideral.