PARA ENMARCAR Y PARA OLVIDAR

El Real Betis lo volvió a hacer, plantó cara al excelso FC Barcelona, como ya hiciera lo propio en el Camp Nou, tuteando al mejor equipo del mundo. Con la diferencia que en esta ocasión el marcador fue más justo con los merecimientos de los verdiblancos y castigó a un irreconocible Barça.

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El duelo entre los líderes de la división de oro y de la de plata, se saldó a favor de estos últimos por un justo 3 a 1. Los hombres de Pepe Mel volvieron a ser superiores a un Barça, esta vez plagado de suplentes, que no supo romper la presión asfixiante a la que fueron sometidos. No dieron la talla los no habituales, las presuntas reivindicaciones de los Bojan, Keita, Mascherano, Milito y compañía cayeron en saco roto, pues ninguno hizo nada destacable por ganarse un puesto en el once. Paupérrimo rendimiento de todos ellos. Mención especial para Adriano, que tuvo una actuación desastrosa, a años luz del dueño del carril del dos, Dani Alves. En el lado opuesto, Afellay, que sí luchó lo indecible para demostrar su valía.

Toda esta crítica constructiva, no debe empañar el lustroso juego de los béticos, que dieron una lección de calidad y pundonor. Son carne de primera, de primera división. ¡Cómo juegan! A los 7 minutos de partido, ya dominaban en el marcador por 2-0, con un par de tantos de Molina, y el chaparrón no cesaba para los azulgranas, los de Heliópolis creyeron en la remontada, y argumentos futbolísticos no les faltaban. Tuvo que ser un Messi displicente, con una galopada marca de la casa, el que batiese a Casto por debajo de las piernas. Excedido ya el tiempo añadido, Arzu ponía el definitivo 3-1 al saque de una falta.

En la reanudación poco más, el Betis lo intentó sin tanta firmeza y con menos fe que en la primera mitad, y el Barça contemporizó, máxime cuando Messi falló un penalti que les podría haber metido en un encuentro en el que nunca estuvieron, en parte por la brillante actuación del rival, para enmarcar, en parte por deméritos propios, para olvidar.