¿QUÉ HACE AMOREBIETA EN LA CATEDRAL?

Fernando Amorebieta, nacido en Venezuela hace un cuarto de siglo y en la actualidad jugador-pateador del Athletic Club. He tenido la desgracia de verle en acción en pocos partidos en toda su carrera, no me hacen falta más, me vienen a la memoria los de las dos últimas temporadas, los más recientes. Los dos en San Mamés, en el primero, con toda la mala idea del mundo y con ánimo de hacer daño, puso la planta de la bota en la cara de Messi, pero aguantando la pierna arriba con maldad e inquina en el rostro del argentino. La segunda, este sábado pasado, de nuevo en La Catedral, un balón que ha quedado en posesión de Iniesta y se lanza como un poseso a destrozar el tobillo del manchego con toda la plancha por delante. Violenta e innecesaria, y como el propio Amorebieta reconoció “muy dura”.

No entiendo qué hace este individuo jugando al fútbol, al deporte rey, cuando debería estar practicando alguna variedad judoca, y menos aún comprendo cómo la hace en un club histórico como el Athletic, tradicionalmente integrado por futbolistas de garra, fogosos, sobrios, impetuosos y con sangre en las venas, pero no violentos, (abstracción hecha de Andoni “el carnicero” Goikoetxea, que es la excepción).

“Mas-rabieta-que-amor” ya empezó dando cera en su debut como rojiblanco, allá por el 2006, dejando muestras de su dureza, 9 cartulinas amarillas en 15 partidos en esta primera temporada fueron su tarjeta de presentación. A día de hoy, su curriculum está adornado con 8 tarjetas rojas, 8 expulsiones del terreno de juego. Ostentando el lamentable record de ser el segundo jugador con más rojas en la historia del Athletic Club, sólo superado por Josu Urritia, pero este jugó en más del doble de partidos que el venezolano. Lo superará con el tiempo.

El defensa vive instalado en la controversia, a nivel de selecciones le llamaron para jugar con La Vinotinto de Venezuela y rehusó, a la espera de la llamada de La Roja, para la cual no da el perfil. El año pasado el Rubin Kazan ofreció 12 millones de euros por su fichaje, por suerte entre el club y el jugador se desestimó el ofrecimiento, si no mañana en Champions League, el Barça lo tendría de nuevo enfrente, con la plancha en ristre, esperando a algún tobillo azulgrana, dispuesto a cazar de nuevo.

Todo esto me hace retomar la pregunta de partida: ¿Por qué Amorebieta juega en La Catedral del fútbol?