sábado, 20 de febrero de 2010

UN WHISKY SIN TROPEZONES

No más tropiezos demandó ayer Guardiola a sus pupilos, y añadió: “prohibido lesionarse”. Lo primero es complicado, siempre hay un momento indeseado en que esto es susceptible de acontecer, lo interesante es alargarlo en el tiempo –hasta la jornada 22- como hizo el Barça. Lo de no lesionarse es más dificultoso.

Salir ileso de todo lance es complejo, si no que le pregunten a Tiger Woods en su lío de faldas, o a “Katiuskas” Guti, que charco que ve, allá que se mete. Máxime escapar indemne de un daño físico, muscular o contractural. Suponemos que Pep se refiere más a que no hay que precipitarse por volver a jugar tras romperse, porque esa premura incide en inexorables recaídas, es lo que algunos han dado en llamar “el ansia viva”.

En el deporte de alto nivel, las fibras y músculos están sometidos a tensiones extremas, el cuerpo humano, inteligente a la par que insondable, emite avisos de ciertas percepciones, y a estas es a las que hay que prestar especial atención, para decir “stop”. Paro ahora en detrimento de males mayores, (caso Alves y la precipitación en su regreso). En resumen, que el míster culé, “el noi de Qatar 2022”, no les veta lesionarse, les prohíbe “aberroncharse en el rocaje” y caer en el ansia viva de precipitar la vuelta a los terrenos de juego.

Dicho lo cual, el Fútbol Club Barcelona juega hoy contra el Racing de Santander, partido reválida para los azulgranas, tras la primera derrota en liga. Llegan los culés con bajas importantes en defensa y sobre todo, la no presencia del insustituible cerebro, Xavi, pero con ganas de resarcirse tras el tropiezo del Calderón. Revilla, el insigne presidente cántabro, comenta que le gusta ver al Barça con un puro y un culín de whisky. Inmejorable combinación: Barça-puro-whisky. Bueno con un cigarrillo y una caña tampoco está nada mal.

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