LOS JUGONES YA NO SONRÍEN IGUAL

Sin ganas. Apáticos e indolentes. Los jugones del Barça no fueron ellos mismos. No vale que el Valencia planteó el partido muy bien tácticamente. Faltó la presión y la mordiente que caracteriza al equipo culé. No hubo tiqui-taca. La displicencia reinó en Mestalla. Hasta Guardiola se contagió, por momentos se le vio absorto e ido. Parecía que iba a preguntar: ¿dónde están las llaves Salinas?


Los azulgranas parecieron solidarizarse con el fallecido Andrés Montes. Perdieron la alegría que caracterizaba al gran comentarista deportivo. En un improvisado homenaje, hicieron abstracción del tiqui-taca. Humphrey Bogart no la tocó. Tiburón falló en la entrega y no supo sacar el balón desde la zaga. Nos acordamos de Chygrinsky. Tampoco Moto GP campó a sus anchas por el carril derecho. Ni Sweet Iniesta pareció tan dulce. Y si Ibra estaba para estar en el banquillo debió salir él y no el niño del sexto sentido, que estaba falto de ritmo. Sólo Abidal se asemejó al de los hombres de Harrelson y un enorme Víctor Valdés nos recordó a la araña negra Yashin.

A lo largo del día, vimos al mundo del fútbol acordarse del gran Montes, lo sintieron Laporta, Raúl, Epi, María Escario, “el papos de Antena 3”, Sergio Sauca, Kiko,… todos mostramos nuestro pesar por la pérdida de un tipo innovador y auténtico. Pero ayer, nadie quiso adherirse a su frase más popular: “la vida puede ser maravillosa”.