Otra vez tuvo que ser Pedro el que impartiese cátedra. En esta ocasión por pedrada doble. Ya ha marcado en las cinco competiciones que ha jugado el Barça. Eso es para hacérselo mirar o para entrar en la historia del club. Le marcó a los leones en la catedral, a la Leonesa, y a todas las fieras que se le han puesto por delante. Menudo depredador está hecho “el martillo de Ucrania”.
El Barça se puso el mono de faena, exhibió galones y no dejó lugar a sorpresa alguna. De algo tenía que servir el correctivo con que el Alcorcón humilló al Madrid. Puso brega y derroche físico, y no fue raro ver a Touré Yaya o a Busquets tirándose al suelo a barrer balones, como si se tratase de un partido champions. Esa es la actitud que se debía demostrar.
La Cultural, a pesar de no estar Zapatero entre los asistentes, se creció en alguna fase del encuentro, pensando en que se podría consumar otro chorreo a uno de los grandes. Incluso pudieron aprovechar en varias ocasiones la “guardiolada” de colocar a Jeffren en el lateral derecho, o los fallos de un desacertado Bojan, pero ni por esas. Los azulgranas, aleccionados por su minucioso entrenador, no dieron opción. Reino de León conquistado y ahora toca conquistar el Reino de Navarra.
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