¿Halloween culé o la patada de Cristiano?

¿Qué es más lamentable la fiesta de disfraces de algunos jugadores del Barça o la patada a traición que le pegó Cristiano al jugador de Las Palmas? Ambos sucesos desafortunados se produjeron el sábado por la tarde y ninguno tiene defensa. Los barcelonistas no deben asaltar con irrespetuosidad la rueda de prensa de un jugador del Getafe con máscaras ni con menosprecios malentendidos. Hay que dar ejemplo en la derrotas y por supuesto también en las victorias. De ningun manera se puede justificar lo injustificable. El FC Barcelona es un club señor y no se merece que lo representen con estas actitudes de niñatos.

Lo del delantero madridista aún es peor, agredió con una cobarde patada por detrás a Simón, sin el balón en juego, al más puro estilo Valentino Rossi, y es una más de sus execrables acciones sobre un terreno de juego. El luso aparte de sus malos gestos para compañeros, rivales, árbitros y público, aparte de sus lanzamientos a la piscina (contra Las Palmas lo volvió a hacer), aparte de sus escupitajos y sus gestos de robar cuando pierde, se está cubriendo de gloria dando patadas, arañazos, empujones, tortas, etcétera,... a todo el que le saca un poco de sus casillas. Es la otra cara de un buen jugador pero malísimo compañero que no cesa de ofrecernos acciones abominables por doquier.

Los dos hechos se han saltado a la torera las más básicas normas de educación, eso sí, los jugadores azulgranas, dentro de lo malo, han pedido perdón al Getafe, ¿ustedes creen que el egocéntrico portugués hará lo mismo con el agredido defensor grancanario? No lo verán sus ojos.