La penúltima pifia de Víctor Valdés

Hace una semana el FC Barcelona culminaba el segundo triplete de su historia con la Champions League de Berlín. Hace siete días a estas horas lo estaban celebrando sobre el césped del Estadio Olímpico, allí vi a los dos porteros azulgranas, Ter Stegen y Bravo, abrazarse efusivamente. Y me vino a la memoria el error de Valdés al marcharse, de aquella manera, de su club de toda la vida.

Perdió una triple corona, a añadir a su brillante palmarés con el club que le formó desde categorías inferiores, por un puñado de euros, que al final no consiguió, pues malogró la prima de fichaje por otro equipo al caer gravemente lesionado ¿y para qué? para ser suplente de De Gea y no ganar ni un solo título en un club que no le llega al Barça ni a la suela del zapato. ¡Una cagada monumental señor Valdés!

Se fue por la puerta de atrás del Camp Nou, enfurruñado como un niño malcriado, como que le debiesen algo, cuando era todo lo contrario. Víctor le debe todo al Barça. Absolutamente todo. Nosotros le agradecimos sus servicios, que fueron muchos y muy buenos, y le deseamos lo mejor, pero eso no quita para uno siga acordándose de su penúltima pifia, el perder un segundo triplete que le habría hecho entrar en la historia del fútbol mundial como a los Messi, Xavi, Iniesta, Piqué,...