UN PUNTO PRECIADO

Se me cayó a los pies el mito de la señorial afición esportinguista, no estuvieron a la altura, increpando y menospreciando a los jugadores azulgranas durante todo el encuentro, con gritos de “cabrones” y el deplorable cántico de “Shakira es una p…”; no fue el Barça el que tachó al Sporting de dejarse perder en el Camp Nou, no fue Guardiola el que humilló e insultó a Preciado, no fueron los azulgranas los que pecaron de prepotencia y chulería. Un cero para la afición rojiblanca.

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Pero un diez para el Sporting, un equipo aguerrido y luchador, que jugó sus cartas de manera magistral. Con brega e intensidad inusitada, pusieron contra las cuerdas al mejor equipo de la historia, supieron frenarlos en todo momento y cortar su récord de 16 victorias consecutivas. Por todo ello, fue un punto preciado el que obtuvo el FC Barcelona en su visita a El Molinón. Empate justo, pero con sabor agridulce, pues se perdieron dos puntos en la lucha por la liga, pero se ganó uno en los últimos minutos, gracias al gol de Villa.

Con todo y con ello, ni rotaciones, ni virus FIFA, ni que viene la Champions, un tirón de orejas para Guardiola. Los gijoneses con ese ímpetu que mostraron parecía que jugaban con doce, mientras que los blaugranas, lo hacían con diez, la inclusión de Afellay fue fatídica para los intereses culés, su lento acoplamiento a la dinámica del equipo, propició un vacio por la derecha, inusitado hasta la fecha, tanto en ataque, donde no participó en absoluto; como en defensa, donde no hizo cobertura alguna a Alves, y por ahí llegó el primer gol y pudo haber llegado el de la sentencia en una contra donde se plantaron dos rivales solos ante Piqué.

En ese tanto que inauguró el marcador, también se destaparon las vergüenzas de Milito, que fue desarbolado como un juvenil. Quizás no era el día para rotar, pero a toro pasado es muy fácil acertar. Así la primera parte, fue un sufrimiento para los culés, que no dieron una a derechas, nadie conseguía enlazar con nadie, y el bagaje ofensivo fue nulo. En la reanudación se fue el lastre de Afellay y entró la garra de Pedro, el equipo se enchufó y domino por completo hasta el pitido final, pero el acierto en los metros finales no llegaba, hasta que a falta de diez minutos para la conclusión, un genial pase en profundidad de Messi, lo elevó de perfecta vaselina el Guaje Villa, ya se sabe, no hay peor cuña que la de la propia madera, y el asturiano arañaba un punto para el Barça. Dado que pintaban bastos, un punto preciado.