LAS SIESTAS SON PARA EL VERANO

Sesteó el Barça en el Emirates y lo pagó caro. Y lo que es peor, lo puede pagar carísimo, si no logra remontar el 2-1 en el Camp Nou. Dominó al Arsenal durante todo el partido, pero mientras en el primer tiempo fue culminado ese dominio con llegadas al área, en la reanudación se dedicó a tocar y tocar, sin ninguna profundidad, con un Messi displicente y un Pedro fallón, la segunda parte fue para olvidar.

. Comenzó bien el encuentro con ocasiones claras para ambos conjuntos, pero fueron los azulgranas los que a los diez minutos cogieron la manija del partido, y con posesiones larguísimas de balón, contemporizaban y conseguían poner en aprietos a la meta defendida por los londinenses. Un mano a mano de Messi con el portero, se le fue fuera por poco, pero al rato se inventó un pase en profundidad para que Villa batiese a Szczesny entre las piernas. Esto dio más tranquilidad si cabe a los de Guardiola, que seguían con su rondo interminable. Un tanto de cabeza de Leo, tras recoger un rechace a tiro de Pedro, fue anulado por el árbitro por fuera de juego muy dudoso. Muy casero el colegiado, por cierto. Así se llegó al descanso, con una sensación de superioridad blaugrana que daba una cierta tranquilidad.

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En la segunda mitad, salió el Barça dormido, esperando atrás, sin profundidad, sin Messi ofreciéndose como lo había hecho en los primeros 45 minutos, en definitiva, la siesta de los jugadores se trasladó a los espectadores. Xavi no encontraba las líneas de pase, Iniesta estaba desaparecido y el partido tomó un rumbo extraviado, a la par que inquietante. Se agravó la situación con el cambio de Keita por el Guaje, la idea de incluir más músculo no se digirió bien, y se perdió el control, mientras que Wenger metía más madera con Bendtner y Arshavin. Los gunners no iban a dar tregua. Un zurdazo sin ángulo de Van Persie que batía a un descolocado Valdés y una contra mortal culminada por el ruso, a pase de Nasri, pellizcaban a los culés y los despertaban de los brazos de Morfeo. Pero ya era tarde, quedaban escasos minutos y los arranques furiosos de Messi y Alves, todavía somnolientos, no fueron suficientes. No se puede perdonar tanto en Europa. El Barça perdió y se perdió, toca remontada en el Camp Nou.