Con este Barça sublime, el de las manitas, el de los récords, el del fútbol arte, era muy difícil seguir aguantando el ritmo frenético que impone. Con todo, no se puede hablar de liga sentenciada, ni tan siquiera plantearse la manida cuestión de si queda liga. Restan muchas jornadas por delante, casi toda la segunda vuelta, 51 puntos por delante, y si bien el juego de los de Guardiola dista años luz del que practica el Madrid, tanto en sofisticación como en contundencia, no procede lanzar las campanas al vuelo.
El deseado “efecto Mourinho” se está volviendo contra los madridistas en general, y contra Florentino en particular. Toda la soberbia, prepotencia y malas maneras que despliegue el luso allá por donde va, se revuelven contra los blancos en todos los campos de España, cual escupitajo contra el viento, recogiendo las tempestades que viene sembrando “el clan portugués”. Los supuestos valores del madridismo con los que se le llena la boca al señor Pérez, degeneran a pasos agigantados, en una diferencia inversamente proporcional a la que va abriendo el Barça, en respeto, en categoría, en ovaciones de los rivales, en elogios de propios y extraños, y como no, en puntos en la clasificación.
No fue uno de los mejores partidos de los azulgranas, pero supieron adaptarse al complejo entramado defensivo planteado por Esteban Vigo, y sin el brillo excesivo al que nos tienen acostumbrados, llevarse los tres puntos en liza. El Barça salió en tromba en los primeros veinte minutos, con jugadas trenzadas, culminándolas con disparos de Xavi, Messi y compañía. Poco a poco, los blaquiazules fueron saliendo de la cueva y poniendo en algún que otro apuro la portería de Valdés. Cuando todo hacía presagiar la llegada al descanso con las tablas en el electrónico, el catedrático Xavi, con un clarividente pase de los suyos, habilitó a Pedro en el extremo, que de un derechazo eléctrico batió a Calatayud por el palo corto. Un gol psicológico y clave.
Sin ir más lejos tenemos la prueba del doble rasero con que mide la caverna, (ahí tenemos la viñeta con el guiño del gran Caye), buscando ángulos y usando toda la tecnología de la NASA, para tratar de justificar que el balón no entró del todo en la portería del Sevilla, que le faltó un micromilímetro. Si hubiese sido el Barça en vez del Madrid, habrían echado espumarajos por la boca de nuevo con sus villaratos y sus milongas inventadas.
Este año han elegido un monoplaza con alerón trasero móvil, en el que se ha alzado la parte anterior, con lo cual Alonso y Massa irán más altos en su interior, con más visión puesto que además el morro es más bajo. Además el kers es más pequeño que el del año pasado y supuestamente más eficiente.
También nos encontraremos al iluminado de turno que explicará este 5-0, con la nula predisposición de los almerienses (vamos, que no estaban, que se dejaron ganar). Pero lo más correcto sería decir que la apisonadora culé volvió a arrollar inexorablemente al rival de turno, que circularon la pelota a una velocidad endiablada, que a Oltra no le salió la estrategia de presionar en la línea de tres cuartos, que algún día se tenía que romper su inmaculada trayectoria en Copa, o que tres goles en un cuarto de hora amilanan al más pintado.
Entiende el previsor de Pep, que no será fácil el encuentro ante unos jugadores que llegan con ganas de hacer el partido de su vida, con deseos de hacer historia en el torneo del k.o. (llevan 6 victorias en 6 encuentros disputados). Además este equipo rojiblanco que se encontrará, dista mucho de aquel entrenado por Lillo, que encajó 8 goles en el Estadio de los Juegos Mediterráneos. Ahora llega a este choque tras una buena racha de victorias, tanto en Liga como en Copa, y bajo la dirección de Oltra, que ha sido capaz de modificar el aspecto y la dinámica del juego, de tal forma que hace unos días consiguieron un empate a uno ante el todopoderoso Madrid de Mourinho. 


Antes de esto, el Barça mareó al Depor con su manejo del esférico, con un ritmo alto de balón, a pesar de que Xavi lo contemplaba desde el banquillo, junto a Busquets, los blaugranas meneaban una y otra vez a los gallegos, a pesar de la correcta disposición de los de casa, siempre perfectamente ordenados y cohesionados. Eso sí, sin demasiada profundidad, ya que hasta el gol de Villa a la media hora de juego, con pase al hueco de Messi incluido, no se vio disparo alguno a portería por parte de ninguno de los dos contendientes.

Será la primera final para el FC Barcelona en este curso 2010-2011, con las implicaciones que ello conlleva, puede ocurrir que los azulgranas pierdan y se rompa la baraja, hasta el mejor escribiente echa un borrón o dicho de otra forma “hasta Los Lakers caen derrotados de vez en cuando” como comentó Guardiola, que hoy cumple 150 partidos dirigiendo la nave blaugrana. El de Santpedor mantiene la duda de Puyol, que sale de una lesión, si juega este, se mantendría “el manita team” con la entrada de Pinto por Valdés bajo palos, si Pep decide no arriesgar con el Tarzán de la Pobla, lo factible es que Abidal acompañe a Piqué en el centro de la zaga, y que Adriano ocupe el lateral del galo. Incluso que el nuevo fichaje, Afellay tenga unos minutos, si no pintan bastos.