
Salió el equipo blanco con el ímpetu del que juega en casa y tratando de arrebatar el liderato a los azulgranas, con un Lavrinovic enchufado, anotando todo lo que tiraba. Pero fue un espejismo, un Ricky Rubio magistral y un inconmensurable Fran Vázquez en plan NBA, rompieron el partido, dejándolo sentenciado al descanso. Fue una exhibición defensiva del Barça que maniató al rival en todo momento, y de la cual no supo fajarse. Robos, anticipaciones, líneas de pase, rebotes, ayudas, atención en bloqueos, una clase maestra con la que Messina no podía, por mucho que se desgañitaba, cambiaba el marcaje al hombre por el zonal o pedía tiempos muertos. Por fin se le vio en el banquillo desarmado, sin argumentos y pensando lo que diría en rueda de prensa: “El Barcelona es el mejor equipo de Europa”.
Esto lo sabe también, pero no lo dice, Xavi Pascual, que para que los títulos lleguen con trabajo y dedicación, dosifica a este maravilloso plantel de jugadores con los que consiguió la liga ACB y los que se han unido unos refuerzos de auténtico lujo, los Pete Mickeal, Morris, Ricky, Lorbeck, y Ndong, un quinteto bestial capaz de ganar un título ellos solos. Pero que unidos a los Navarro, Vázquez, Lakovic, Basile y compañía, pueden aspirar a ganarlo todo. Que no pare la fiesta. No pares Barça, sigue, sigue.
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