No hay cabida para las especulaciones. Esto no es el Ibex 35, ni el Dow-Jones, ni tan siquiera valdrá salir a tocarse los Cow-Jones. El análisis fundamental dice que esto es una final. Otra más. Hasta valdría la derrota por la mínima, merced al gol average con los ucranianos, siempre que el diferencial no sea excesivo. Pero el Barça no sabe de especular, ni de stock options, ni de futuros de materias primas, sólo sabe ir a por los partidos, dominar de cabo a rabo. Y esto es lo que intentará en la bolsa de valores de Kiev, tener el balón y buscar la portería contraria, porque el broker Guardiola impone la obligación de obtener ganancias.
Luego en el transcurso del encuentro, dependiendo de las fluctuaciones del euromercado, ya se verá si tienen cabida los tipos de cambio especulativos, si vale quedar a la par, la venta por lo mejor de un gol de Messi, la compra de una acción preferente en la portería de Shokovski o un pelotazo bursátil de Ibrahimovic para cerrar en positivo la cuenta de resultados.
Aún recordamos en el partido de ida a los blue chips blaugranas: Puyol y Piqué, que hicieron un partidazo en la cobertura, y a Pedro “el martillo de Ucrania” que marcó un golazo de bono matador. Esperemos que en este grupo de la muerte, el Barça diversifique riesgos, eluda descubiertos, no haga crack en el descuento, recoja dividendos y quede clasificado al cierre de la sesión.
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