Con posturitas, fue como “deleitó” Cristiano Ronaldo, a su afición en el Bernabéu, quitándose la camiseta para mostrar que verdaderamente hace unas cuantas abdominales y exhibiendo unas cuantas posturitas de cara a la galería. No contento con ello, a lo largo del partido no celebró ni uno sólo de los goles que marcaron sus compañeros, sólo celebró el suyo. Y por si fuera poco, se autoexpulsó con dos acciones de auténtico niñato inmaduro, por quitarse la camiseta y por agredir a un rival.

La descompostura, la chulería y el afán de protagonismo son marchamo del luso. Y las las buenas formas, la elegancia y la discreción, son patente del argentino. Qué vergüenza para los que tienen que sufrir al portugués y qué gozada los que disfrutamos con el pibe de Rosario.
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