Al FC Barcelona le disgusta sobremanera jugar a las cuatro de la
tarde, lo demuestra una y otra vez en las sobremesas de los sábados, sufriendo
y pidiendo la hora ante rivales de la parte baja de la tabla. Lo hemos visto en
los últimos meses y hoy se volvió a repetir ante Las Palmas, un conjunto al que Setién
ha transmitido su gusto por el control del balón y que elaboró tanto o más que
los propios azulgranas, tuteándoles por momentos, y eso que los medios culés
eran todos de toque exquisito como Sergi
Roberto, Iniesta y Turan, pero
los amarillos no lo fueron menos y comandados por Roque Mesa inquietaron al Barça hasta el último suspiro, buscando
el empate que no llegó (1-2).
El Barça salió entonado y ya a los
cinco minutos Iniesta vio el hueco para metérsela en profundidad a Jordi Alba, que también vislumbró el
pase de la muerte a Suárez, para que el uruguayo batiera a Varas. Parecía encarrilado el choque, pero a los cuatro minutos el
propio Alba rompía el fuera de juego y habilitaba a Willian José, que se revolvía en el área marcaba el tanto del empate.
Los canarios la tocaban imbuidos del espíritu del tiqui-taca y disparaban más a
portería que sus rivales. La falta de Busquets
y su criterio se notaban en exceso. Pero fue Suárez el que recortó a su par
sobre la línea de fondo y centró para que Neymar
machacase el 1-2 al filo del descanso.
En la reanudación los de Luis Enrique buscaron el gol de la
tranquilidad, pero Suárez falló las que nunca yerra, y tanto perdonar los
locales se lo creyeron y buscaron la portería de Bravo con perspicacia. Araujo
en los minutos postreros tuvo dos ocasiones para la igualada, pero no
acertó, dejando al Barça más líder, pensando en positivo, que queda un partido menos
para ganar la Liga, que se sumaron los tres puntos y que descansaron para el
Arsenal dos titulares de nivel mundial como Busquets y Piqué, si bien también se pueden anotar como reposados a Messi y a Neymar, que en este partido
estuvieron por debajo de su nivel.
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