Los postes y la dureza perica frenan al Barça

Con solo un día después de Nochevieja, a las cuatro de la tarde, con un césped impracticable a buen seguro destrozado por todas las categorías inferiores del Espanyol, y con el colegiado González González, premiado con este derbi tras venir tres días antes de regalar dos penaltis inexistentes al Madrid y negar uno de libro a la Real Sociedad, que permitió la violencia blanquiazul durante todo el encuentro. La cosa no pintaba bien para el FC Barcelona este 2 de Enero.

El primer partido del 2016 lo empató el Barça en Cornellà (0-0) con todos esos condicionantes mencionados, pero es que además se topó con los palos, Messi lanzó una falta a la cruceta y Suárez remató al poste cuando había regateado a defensor y portero. Si a todo esto le añadimos que el Espanyol es un equipo miserable tirando a muy miserable, que es capaz de dejarse meter 6 goles por el Madrid hace tres meses en este mismo escenario y que se emplea contra el Barça como si fuese una final, corriendo como posesos y repartiendo leña como si de un combate se tratase, te puedes encontrar con un marcador final como el acaecido a la hora del café.

También el duelo catalán es susceptible de autocrítica, sobre todo para Luis Enrique y los suyos, el entrenador asturiano no supo contrarrestar el juego barriobajero pero ordenado de los periquitos, y tampoco el tridente tuvo su día, Messi estuvo apagado, como viene estando desde que reapareció tras su lesión, Suárez no estuvo fino, si acaso Neymar es el único que tiró del carro en ciertas fases del choque. Se disfrutó de la categoría de Iniesta pero tampoco fue suficiente para desequilibrar la contienda. El pentacampeón no tuvo la fluidez que le caracteriza y lo pagó con un empate más (el tercero en los últimos cuatro partidos de liga) y con la pérdida del liderato en favor del Atlético.