En la época gloriosa de la Universidad de Salamanca se podía pasar el Tormes por el puente romano mediante un oneroso pontazgo. Los estudiantes acudían al expediente alternativo de un barquero que hacía las veces de humilde transbordador del río. Se cuenta que un estudiante, tan pobre como espabilado, llegó hasta el barquero con la pretensión de que lo pasara gratis en la barca.
El acuerdo fue que, a cambio, el estudiante le diría tres valiosas verdades. Estas fueron las tres verdades: Primera: "Pan duro más vale duro que ninguno".
Segunda: "Zapato malo más vale en el pie que no en la mano".
Tercera: "Dime, barquero, si a todos los pasas como a mí, ¿cómo es que sigues en este oficio?".
La historia no nos dice cuál fue la reacción del barquero.
Hoy día, lo claro y unánime es que en el panorama futbolístico las verdades del barquero son:
Primera: Messi es único e incomparable.
Segunda: Messi se llevará el balón de oro, con el permiso de Xavi.
Tercera: Messi es del Barça, y para más datos, formado en La Masía.
La historia nos dirá que la reacción de France Football será concederle ese merecido premio.
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