Debe ser una errata, un periódico subjetivo-madrileño, en referencia al empate del Osasuna-Barça, dice en portada: “Camacho pone al Madrid a un punto”.
Mira que habría titulares. Pone al Madrid a un punto: la mala fortuna del Barça, un gol de rebote, el tanto en propia meta de Piqué, la desgracia del minuto 93, la falta de definición de los puntas blaugranas, la discreta actuación de Chygrinskiy y Márquez, el mal arbitraje del colegiado (madrileño para más señas) que no quiso ver la roja directa cuando Ibrahimovic se iba sólo hacia la portería rojilla, ni alguna que otra mano, incluso el mal fario del color amarillo de la casaca culé.
Pero nunca un entrenador cagón y cobarde como Camacho, eso sí con garra, puede poner a nada, ni a nadie a un punto. Y menos el susodicho, que a veces por comentarios y artículos, parece que haya inventado el fútbol, cuando su curriculum dice que jamás ganó nada y que sus únicos méritos residen en hacer descender a varios equipos a segunda división y en hacerle una brutal entrada a Maradona en su época de jugador. Su bagaje también incluye la nada con una selección española impresionante en jugadores y talento. Y por si fuera poco sangrante, se le atribuye el mérito de permanecer en primera al equipo pamplonica. No señores, no, Osasuna está en primera gracias al Barça de Guardiola que la temporada pasada sentenció la liga antes de llegar al Reyno de Navarra, y eso propició que jugase sin tensión y perdiese, y que el Madrid, ya condenado al segundo puesto, hiciese lo propio y perdiese ante Camacho y sus camachitos. Pese a quien pese, si no es por el Barça, hoy estarían en segunda.
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