Sobre griposos y gripaos

La gripe de Messi sigue dando que hablar, cosa harto difícil de comprender, pero la explicación es más sencilla de lo que parece, procediendo de donde procede. El episodio comienza cuando el FC Barcelona el día del partido contra Osasuna emite un comunicado en el que dice que Lionel Messi tiene gripe, para posteriormente asegurar que el argentino se ha ido a casa por tener unas décimas de fiebre. Como acaba la historia es por todos conocida, Leo juega la media hora final, deslumbra con su fútbol y marca dos goles que prácticamente sentencian la eliminatoria.

No tardaron en salir los rastreros de turno, véase la caterva cibelesca, el relañato, los pseudofutboleros, los puntopeloteros, etcétera, para criticar este intrascendente hecho que acabamos de relatar, pero es que andan tan escocidos en la capital del reino, por tanto despliegue azulgrana de títulos y de fútbol excelso, que cualquier banalidad les es susceptible de ladridos varios. Todos estos chabacanos salen a espumarajo por la boca diario. Si hasta han pedido un castigo ejemplar por este asunto, cuando hasta se ve al rosarino haciendo amagos de vomitar durante el partido. Arcadas son las que nos dan a nosotros con las payasadas de estos lametraserillos ¡Qué patéticos!

Los envidiosos malparidos de la caverna mediática centralista arremeten contra todo lo que tenga color azul y grana. Les basta que el mejor jugador del planeta tenga gripe y a pesar de ello juegue, para saltar a la palestra a proferir insidias y mezquindades. Antes que charlar del mejor equipo de la historia, de las cátedras de Xavi, o de la magia de Messi, toda esta banda de gripaos prefieren entrar en debates baladís sobre griposos rehabilitados. Son así de miserables.