Noche redonda en Praga

Al FC Barcelona le salieron todas las cuentas que esperaba anoche en Praga. Ya antes de iniciarse el encuentro, conocía el magnífico resultado del BATE–Milán, un empate que clasificaba matemáticamente a los azulgranas para octavos de final, siempre y cuando ganasen al Viktoria Plzen. Así lo hicieron. Por un contundente 0-4 en el bicentenario de Guardiola como entrenador del primer equipo, donde Valdés batió el récord de imbatibilidad de Reina, elevándolo hasta los 881 minutos, y suma y sigue.

Además el mejor jugador del planeta, no sólo alcanzó la mágica cifra de 200 goles anotados, sino también el 201 y el 202. El decimotercer hat-trick de Lionel Messi que aniquiló a los checos en un abrir y cerrar de ojos. Por si fuera poco, el técnico de Santpedor pudo reservar a jugadores con molestias, véase Xavi, Iniesta y Villa, y también pudo poner en liza a los centrales titulares, Puyol y Piqué, que hace muchísimos meses que no lideraban juntos la zaga blaugrana. Para rematar la faena, el flamante fichaje Alexis Sánchez, pudo jugar 20 minutos para coger tono tras los dos meses apartado de los terrenos de juego.

El partido tuvo poca historia, la pudo tener cuando Petrzela se escapó en solitario, pero en el mano a mano con Valdés, el de L’Hospitalet le sacó abajo un mano prodigiosa. A renglón seguido Messi provocó el penalti y la expulsión de Cisovsky. Con la conversión de la pena máxima por parte del rosarino y un hombre menos, los combativos cerveceros del Pilsen ya poco pudieron hacer, salvo capear el temporal.

El segundo tanto lo marcó Leo en el alargue del primer período, tras pared con Adriano, fue la puntilla para los de casa. El canterano Cuenca, que disputaba su tercer partido consecutivo como titular, fue de los mejores del duelo, campó a sus anchas por el extremo derecho y le hizo un traje a Limbersky, en uno de sus precisos centros al área, le puso el balón en la cabeza de Cesc, que el 4 culé no desaprovechó. La goleada la cerró Messi tras una pared de tacón realizada por Piqué, que cerró la cuenta y la noche redonda para el Barça.