El Marqués de Chichinabo

O el príncipe de la innovación. Podemos calificar a Del Bosque de variopintas maneras, pues ayer en el amistoso que enfrentaba a España contra Costa Rica, el entrenador salmantino volvió a hacerlo, volvió a improvisar sobre la marcha, cual flemático estratega, colocó a Cesc, pásmense, de “falso nueve”, algo nunca visto hasta la fecha, algo que sólo a este genio de la pizarra se le podía ocurrir. Pero no paró ahí el mago de la parodia, se atusó el bigote y, por arte de birlibirloque, se sacó otro truco de la chistera: ¡una defensa de tres! Todos nos quedamos boquiabiertos con sus planteamientos novedosos.

No le basta con plagiar indiscriminadamente el sistema de Guardiola, ni llevar a 9 ó 10 jugadores del FC Barcelona, no contento con eso, ayer volvió a dar una clase maestra de cómo copiar todas las variantes del míster azulgrana. Una nueva oda a la desvergüenza de esta sanguijuela sin pudor. Todo ello para un pírrico empate a dos, merced a una cantada de Casillas, que se creyó Valdés y quiso sacar la pelota jugada con los pies. Y gracias, pues los modestos centroamericanos le comieron la tostada a La Roja, hasta que les dio por defender el resultado.

Con lo difícil que es encontrar un tipo que revolucione el fútbol como Guardiola lo ha hecho, aprovechando la cantera y la idiosincrasia del Barça, maravillando al mundo con un fútbol de salón, innovando hasta el extremo de que nadie puede acertar su alineación, no ya por los jugadores, sino por la disposición de los mismos sobre el terreno de juego, o por el sistema que presentará en la contienda, tratando siempre que la maquinaria no se deteriore, en orden a un crecimiento constante del equipo. Por todo ello, no nos cansamos de dar las gracias al Noi de Santpedor, porque lo cotidiano ha dejado paso a lo imprevisible, por lo mucho ganado y por lo que queda por ganar. Le estaremos eternamente agradecidos. Igualito, igualito que a Del Bosque, gratitud sin fin por sus imitaciones de mercadillo. Enhorabuena al Marqués de Chichinabo.