El lastre de los empates

Este FC Barcelona es, de largo, el mejor equipo de la historia del fútbol. No sólo por los títulos acumulados o por los hitos logrados, también lo es por la brillantez de su juego y por su fútbol excelso, que en multitud de ocasiones raya la perfección.

Pero en esta temporada, la cuarta de la era Guardiola, se ha topado con la rémora de la equis quinielística. Con las once primeras jornadas disputadas, nunca los de Pep tuvieron tan pocos puntos. Y si bien hay tablas que valen su peso en oro, como las de San Mamés, donde el 2-2 llegó en el minuto 91, o las de Mestalla, donde el Barça siempre fue a remolque en el marcador; también hay igualdades en el resultado final que pesan a los azulgranas, y mucho, como el 2-2 en Anoeta, donde se dejaron remontar dos goles ante el actual colista.

Desde que las victorias valen tres puntos, en lugar de dos, el empate a domicilio ya no es un resultado tan sustancioso como antaño. Y el Barcelona ya lleva cuatro en once encuentros, con lo que su desventaja con el Madrid ha aumentado a tres puntos. Distancia poco preocupante cuando aún quedan dos clásicos y muchísima liga por delante, pero bien harían los blaugranas en solventar los partidos con mayor premura, levantar el vuelo y soltar el lastre de los empates.