jueves, 17 de septiembre de 2009

¿Y SI PERDIERON LOS DOS?

No me refiero al partido entre Inter y Barça, sino al trueque Ibra-Eto’o. El sueco falló más de lo esperado, estuvo lento y sin “punch”, pero estuvo ahí. Al león indomable se le hizo de noche, no pisó el área rival y sólo se acercó a Valdés en el tunel de vestuarios. A los puntos ganó Zlatan. Queda el remusguillo de pensar, vista la desactivación recíproca a la que fueron sometidos, si no habrían estado mejor cada uno en su club de origen.

El duelo futbolístico fue otro cantar. Lo ganó un Barça muy superior. El campeón de todo se exhibió ante los tifosi neoazzurros, que debieron sentir vergüenza de su escuadra, toda ella encerrada en su área. Lucio, Samuel y Chivu no recuerdan un acoso semejante en toda su carrera. Pareció un equipo menor, haciendo gala de la cobardía y mediocridad propias de su rácano entrenador.

Los de Guardiola, si bien tuvieron el mérito de bailar al equipo de Mourinho y de mostrar solidez defensiva (quinto partido consecutivo con la portería a cero), adolecieron de pegada. Los dejaron escapar vivos. Keita, con el punto de mira desviado. Ibrahimovic, incómodo en la que fuera su casa. Inoperante la banda izquierda, con un displicente Henry y un flojísimo Abidal. Cuando se tiene la mejor banda derecha de Europa, (no se puede decir lo mismo de “la siniestra banda siniestra”) se debería maximizar el rendimiento, y Alves debió desdoblarse más, aprovechando que Chivu no es lateral y que bastante tenía con estar pendiente de Messi. Al final el equipo culé se desdibujó y careció de profundidad.

En fin, armonía futbolística, interesantes sensaciones, pólvora mojada y buen juego sin premio. Nos vemos en el Camp Nou.

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