¡Somos líderes!

La citada exclamación podría ser realizada por cualquier culé emocionado o algún jugador del FC Barcelona, tras el varapalo al que se sometieron al Madrid en su propio estadio el sábado pasado. Pero nada más lejos de la realidad, la profiere el perdedor Mourinho.

No sabemos si no consulta la clasificación, si le es indiferente, si al igual que no se atreve a pronunciar el nombre del Barça, no lo ve comandando la tabla de la Liga, o su complejo de inferioridad ante los azulgranas le hace decir sandeces, que ni el mismo se cree. La mayoría de los madridistas ya no traga con tanta excusa y pretexto de mal perdedor, como lo de “la suerte” en el clásico, pero al menos el soberbio portugués esta vez no cargó contra nadie, y eso ya parece un logro. Ahora bien, lo que no cuela para nadie es lo de “somos líderes”. Ni tan siquiera el más abducido de los mouriñistas. El líder es el Barça, con los mismos puntos, pero mejor gol-average, merced a la zurra que le pegó en el Bernabéu al equipo blanco.

Y lo cierto es que debe ser un mal endémico, puesto que Butragueño también afirmó que eran líderes con tres puntos de ventaja. Vamos que ya da por ganado el partido que se ha de disputar en el Sánchez Pizjuán. Claro que con este pobrecillo (es tan pobre que solo tiene dinero), no se pueden pedir peras al olmo, ¿qué te vas a esperar de un tipo que llama “ser superior” a Florentino Pérez?

Guardiola, desde Japón, donde el líder de la Liga prepara el Mundial de Clubes, pone las notas de cordura y humildad que faltan en otros equipos, asegurando que hoy día existe mucha igualdad entre los dos eternos rivales. Aunque en este ocasión, estemos más de acuerdo con las declaraciones de Alves, que ha dicho que: “la victoria contra el Madrid ha supuesto algo más que tres puntos”. Eso creemos nosotros. Al menos, el 5-0 de hace un año los dejó medio groguis. Escoció y mucho. Y el 1-3... al tiempo.