La caverna vuelve a la carga

Llevaban demasiado tiempo tranquilos, como becerros mansos, pero al mínimo resquicio han vuelto a rebuznar. Ya tenemos de nuevo a la caterva cibelesca y al relañato en su salsa, atacando al FC Barcelona. En esta ocasión le ha tocado el turno a la tarjeta amarilla que vio Piqué contra el Rayo. Qué menos que dedicar unas portadas, en sus ignominiosos panfletos, al central que anotó el sexto gol en el Bernabéu en el 2-6, y al que levantó la manita en el 5-0 del Camp Nou.
El liderato del Madrid, acompañado por su buen juego, parece que había llevado a desistir a la prensa cavernaria de la meseta, de sus bajezas y vilezas, y a sus redactores barriobajeros a taparse un poco. Bueno, el liderato y también que tenían mucho que callar, como la mano de Higuaín contra el Valencia o el penoso arbitraje que sufrió el Atlético en el derbi.

Esta temporada la estrategia parecía otra, no cargaban contra los árbitros, no borraban a jugadores en las fotos para que pareciese fuera de juego del Barça, no lanzaban insidias de dopaje, etcétera. Solo era un espejismo. Aquí los tenemos de nuevo, tratando de manipular para que a Piqué le caigan dos partidos de sanción y no juegue el clásico. Cosa que no reclamaron cuando el sábado Xabi Alonso hizo lo mismo. Qué fácil es ver la viga en el ojo ajeno y no la paja en el propio. Tampoco bramaron tanto los de la central lechera cuando la temporada pasada “su” Madrid hizo el mayor ridículo de la historia en tema de tarjetas, cuando Mourinho hizo autoexpulsarse con dos rojas a Xabi Alonso y Ramos, ensuciando la goleada que consiguieron en Amsterdam. Y que pretendan dar lecciones estos virtuosos de la tergiversación.