UN RIVAL COMPLICADO

Tras el pase del FC Barcelona a semifinales de la Liga de Campeones, y el del Madrid, que ayer eliminó al Tottenham, se confirman los 4 duelos en 18 días, el póker de clásicos entre los dos grandes del fútbol español. Ya estaban fijos en el calendario, el duelo liguero del sábado en el Bernabéu y el del próximo miércoles en Mestalla, donde se dirimirá el campeón de la Copa del Rey.

Al confirmarse este emparejamiento de semis, si ya había perdido lustre el choque en el campeonato doméstico por la diferencia de 8 puntos, que los de Guardiola les sacan a los merengues, ahora también pierde un poco de brillo la final copera. Sólo un poco, pero queda en un segundo plano, con las vistas puestas en la Copa de Europa que se disputará en Wembley. Los ojos les hacen chiribitas a ambos contendientes pensando en “la orejona”.

Dice Cruyff que al Barça le basta con vencer en dos de esos cuatro partidos, y con razón, pero a buen seguro que tanto unos como otros quieren ganarlos todos. Sobre todo los de semifinales de Champions, unos enfrentamientos que han alcanzado de distinta manera. Mientras los azulgranas dejaron en la cuneta a un gran Arsenal, que los derrotó en el Emirates, y al equipo revelación de esta competición, el Shakhtar Donetsk; los de Mourinho todavía no han encontrado un rival medianamente serio, en octavos eliminaron a un flojo Lyon, al que los blancos han ido debilitando temporada tras temporada, con los fichajes de Diarra y Benzema, para al fin poder derrotarlos, y en cuartos, vencieron sin problema alguno a un Totenham demasiado pardillo y con un portero de broma. Es por ello que resulta cuanto menos gracioso, escuchar a Cristiano que “ahora les toca el equipo más difícil de la Champions”, y probablemente sea cierto, pero ya era hora de que les tocase alguno complicado, para variar.