NO SIEMPRE GANAN LOS BUENOS

El Barça de Guardiola ya no es invencible en las finales, anoche perdió la primera, ante el Madrid, un rival durísimo y con un potencial tremendo. No decepcionó el segundo clásico en cinco días. Cayeron los azulgranas en la prórroga con un testarazo de Cristiano Ronaldo, en un partido que tuvo dos dueños, la primera mitad gobernada por un Madrid imperial en la presión y en las llegadas, puntuales, pero dañinas. El Barça salió intimidado por la presión adelantada de los de Mourinho, sorprendido por la variante táctica, no lograba poner en marcha los engranajes de su fútbol control. Por primera vez en mucho tiempo no dispararon entre los tres palos. Los blancos metían el miedo en el cuerpo con una marcha más y con jugadas bien culminadas, como un tiro de Cristiano, que detuvo un Pinto bien colocado y un cabezazo de Pepe al palo.

En la reanudación volvió la esencia del fútbol, el juego basado en la inteligencia, no en la fuerza. Iniesta, desactivado en la primera parte, se hizo con las riendas y desequilibró el duelo, asociándose con Xavi y Messi. Fueron 45 minutos de dominio total del Barça, una exhibición en azul y grana, un excelso rondo, con los madridistas sin oler la pelota, sufriendo en cada llegada de la delantera culé. Mientras Villa seguía con su vía crucis particular, Pedro recuperaba su ritmo eléctrico y ponía en apuros a Casillas. Ahí emergió la figura del portero, para salvar a su equipo con dos paradas excepcionales, y ahí se le escapó la gloria al Barça.

La prórroga llegó inexorablemente, en ese tiempo añadido, la medular blaugrana no encontró su fluidez, el Barça perdió su continuidad. Afloró de nuevo la fuerza, el físico, el incansable Di María puso un centro perfecto a la testa de Cristiano, que superó a Pinto por arriba. La Copa se iba a La Cibeles. Undiano Mallenco no influyó en el resultado, si acaso el borrón de no expulsar a Arbeloa, un jugador que destapó su ruindad, pisoteando con inquina a Villa, luego a Alves y dando un plantillazo en sus partes a Adriano. Indigno comportamiento para tan gran partido. A la bajura de Arbeloa estuvo Pepe, con sus cortes de manga a la afición culé, pero este sujeto ya hace tiempo que se descalifica el mismo.

Felicitar al Madrid, un dignísimo campeón, y por ende a los madridistas, que tuvieron el premio de vencer al Barça de Guardiola, con el que acumulaban 5 derrotas y un empate, de derrotar al mejor equipo de la historia, el Fútbol Club Barcelona.