lunes, 12 de julio de 2010

ALONSO SE DESPIDE DEL MUNDIAL

Paradójicamente el día en que La Roja ganó el mundial de fútbol, el primero hasta la fecha, Fernando Alonso y Ferrari dijeron prácticamente adiós al Mundial de Fórmula 1. Este artículo lo podíamos haber escrito hace una o dos carreras, pero el tesón del asturiano, sus ayudas en las evoluciones de los monoplazas en épocas anteriores y el propio prestigio de la escudería de Maranello, nos mantenían con un hálito de esperanza, pero tras sus desavenencias con la fortuna en Silverstone y su puesto decimocuarto ya podemos ir arrojando la toalla.

Y ya no sólo capitulamos por Fernando, que hace todo lo que puede, lo hacemos porque no lucha contra uno, ni tan siquiera contra dos, pelea contra Hamilton, Webber y Vettel. Y hasta Button si me apuras. Todos no pueden fallar a la vez. Es más, Lewis se aprovecha de los fallos alternativos de los Red Bull, para ir poco a poco aumentando diferencias en su liderato. Si en la anterior carrera era Webber el que estrellaba el coche, esta vez le tocó a su compañero Vettel dar la de arena, desaprovechando su pole con una mala salida y pinchando en la primera vuelta. Muchos nos alegramos de esto por las malas artes internas dentro del equipo que le favorecen. El australiano dominó el gran premio de cabo a rabo y obtuvo una victoria tan cómoda como merecida.

La misma mala salida tuvo Alonso, que de luchar por el podium en la calificación, pasó a ser protagonista directo del tapón que formaban Kubica y Rosberg. Pero ahí no quedó todo, en un adelantamiento al polaco, este le cerró y el Ferrari se coló por la hierba. “Drive trough” sancionaron los comisarios, que se agravó con la salida del “safety car”. Todo lo que podía salir mal, salió peor. Fernando acabó en la posición catorce y dice materialmente adiós al campeonato. De la Rosa y Alguersuari, no vieron la bandera a cuadros. Una carrera para olvidar para los nuestros.

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